Sindicales

25/5/2017

Tucumán: balance y perspectiva de la gran huelga de los limoneros


Luego de haberse levantado la huelga, y después de varios días, los trabajadores pudieron conocer el acuerdo que firmaron los paritarios de Uatre con la Asociación Tucumana del Citrus (ATC) a instancia del Ministerio de Trabajo de la Nación, que desechó convocar a conciliación obligatoria a conciencia de que los trabajadores en lucha habían anticipado que no la iban a aceptar. Finalmente el acuerdo fue un 31% de aumento no remunerativo, retroactivo a marzo y en un solo pago. El jornal pasará de esta manera a $464 diarios, llevando al salario básico de bolsillo a unos $9.920 por ocho horas.


 


Esta conquista se logro a partir de una huelga convocada por la burocracia de UATRE pero que terminó desbordándola. La huelga se extendió a una semana con 35 cortes de ruta en las principales localidades de la provincia y el bloqueo de casi la totalidad de los empaques. En esta huelga se dio un fenómeno esperado por mucho tiempo por los luchadores, la unidad de los cosecheros de las fincas y embaladores de los empaques.


 


La huelga se dio con dientes apretados. Los trabajadores, por el sistema de pago, sabían que cada día de huelga perdían sin retorno el jornal pero eran consciente que los empresarios tenían compromisos comerciales de exportación que debían cumplir o serían pasibles de fuertes multas (la patronales habían hechos sobretrabajar los días antes del conflicto acumulando stock preventivos). Fue una lucha en relación a quien tenía más aguante, y esta vez los trabajadores arrancaron un aumento que no logró ningún gremio en la provincia, pero no quedaron conformes, porque sostenían que si aguantaban dos días más de paro se arrancaba el 35%, que era el reclamo que finalmente había unificado a los trabajadores, y que la lucha no se haya prolongado y los paritarios hayan apresurados a firmar hizo que en forma mayoritaria los trabajadores llegaran a la conclusión de que es necesario una nueva dirección y que hay que prepararse desde ahora para ello.


 


La firmeza de la lucha obrera no solo desbarató las ofertas patronales irrisorias iniciales (21%) sino también el intento de introducir cláusulas de productividad a cualquier aumento superior al 23%.


 


En la lucha quedó en evidencia como actuó la ´coalición del ajuste´ que gobierna el país y la provincia. Antes de la lucha, Macri y Manzur, cada uno por su lado, viajaron y gestionaron nuevos mercados (EEUU, Brasil), establecieron tarifas preferenciales, exenciones impositivas, etc., o sea satisficieron el pliego empresarial. Frente al reclamo obrero, actuaron en frente único para impedir el desarrollo de la lucha, y fracasaron. La firmeza de la lucha arranco el aumento


 


 


Perspectivas


 


El aumento del 31% es un gran aumento pero que sin embargo no dejó contentos a los trabajadores pues saben que el aumento no se dio sobre el salario unificado (aquí rige un sistema de un componente fijo y otro variable y aparte otros adicionales como categoría, antigüedad, etc.); por otro lado, quien trabaja en el citrus lo hace por temporadas que promedian unos 4 meses y no tienen capacidad de ahorrar con el salario que se gana, por eso al final de la cosecha tienen que migrar a otras cosechas o dedicarse en el mejor de los casos a la construcción para no tener que abandonar la familia.


 


La huelga y su resultado han abierto una nueva etapa en la vida del gremio. El hecho de que no se hayan producido despido luego del levantamiento, como ocurrió en la gran huelga del 2005, dan cuentas de que el activismo que ha emergido al calor de la lucha está intacto y dispuesto a dar nuevas batallas, ahora concentradas en la elecciones de delegados que se van a realizar en todos los empaque el mes que viene, donde la burocracia procurará restablecer el control en el interior de las empresas.


 


El activismo tiene una oportunidad para avanzar en consolidar un bloque de delegados anti burocráticos como un paso hacia la recuperación del gremio.