Sindicales

16/5/2013|1268

Tucumán: Una alternativa obrera ante la crisis azucarera

En las últimas dos semanas, las organizaciones que agrupan a los pequeños y medianos cañeros han impedido el inicio de la zafra con diversas acciones (bloqueos de los ingenios, cortes de rutas, concentraciones en la plaza Independencia, etc.). Denuncian que no hay condiciones para realizar la zafra debido al derrumbe de los precios. Reclaman financiamiento estatal y que se aplique la ley azucarera provincial, sancionada en el mes de marzo, que establece un sistema de cupificación por ingenio y los cañeros de los azucares destinado al mercado interno, obligando a stockear los excedentes que sólo se podrían movilizar para exportación o para producir alcohol.


Anteriormente existía un sistema regulatorio similar sin intervención estatal. La novedad, entonces, es que el Estado intervendría para que se cumplan las disposiciones regulatorias. Los cañeros han denunciado a los ingenios de no haber cumplido con los acuerdos de exportación y de haber sobreofertado el mercado interno provocando el derrumbe de los precios.


Los agrupamientos cañeros plantean que lo urgente ahora es el financiamiento para la cosecha y transporte, pero ello choca con la crisis fiscal del Estado provincial. Por otro lado, la aplicación de la ley azucarera presenta contradicciones insalvables: es una ley provincial para una producción de alcance nacional, ni tiene jurisdicción frente a las más de 400 mil toneladas de azúcares que ser reconocen están en depósitos de grandes súper e intermediarios, y que presionan sobre el mercado. Por último, está la incapacidad del Estado provincial para impedir que se produzca azúcar en negro, cuando este sistema está institucionalizado en la provincia.


A la vez, la producción de bioetanol, como una vía para canalizar los excedentes, está frenada, pues los ingenios están reclamando que la ampliación de las instalaciones sea subsidiada por el Estado. Algunos dueños de ingenios han planteado que la crisis se superaría exportando los excedentes, pero para ello -señalan- se debería devaluar el peso.


Todas las "salidas" que se proponen apuntan a lograr la recuperación del precio del azúcar; o sea, a cargar el costo sobre la población, dejando intactos los enormes superbeneficios que los ingenios y los grandes cañeros han obtenido en los últimos años, precisamente por los elevados precios internacionales e internos. Una expresión de ello es la expansión del cultivo de caña en esta década, que fue del orden del 40%.


La clase obrera


La oposición que se agrupa en la Mesa del Diálogo (UCR, PRO, FAP) actúan en sintonía con el gobierno, como lo demuestra el apoyo a la ley azucarera.


A su vez, la Fotia ha cerrado filas con las patronales y el gobierno. Roberto Palina, secretario general de Fotia, ha apoyado la ley azucarera, e integra, como representante del gobierno, el instituto que verificaría sus disposiciones.


Bajo este marco, se han iniciado las discusiones paritarias. Fotia ha reclamado un aumento del 32%, o sea un básico que no alcanza los 6 mil pesos, muy por debajo del reclamo de los ingenios del norte (Salta y Jujuy) que están reclamando 8 mil. Pero Fotia no está preparando ninguna lucha para arrancar el reclamo que ha formulado, incluso a sabiendas de que la gran patronal cañera y de los ingenios pretenden aprovechar la crisis para tirar abajo cualquier pretensión salarial. Por eso, tiene una enorme importancia el cuadro conflictivo que se ha abierto en los ingenios del norte, frente al bloqueo que ha impuesto la burocracia de Fotia.


En algunos ingenios, se debate la posibilidad de autoconvocatorias para discutir la situación.


Frente a este escenario de crisis, desde el Partido Obrero planteamos la necesidad de impulsar una salida que plantee: apertura de las cuentas de los ingenios y grandes cañeros, impuesto extraordinarios a ingenios y grandes cañeros para financiar la zafra de los pequeños cañeros, asegurar los días caídos de los obreros, un fondo de garantía salarial interzafra y un básico salarial de 8 mil pesos, pase a planta de todos los trabajadores en calidad de permanentes y temporarios permanentes (fuera todas las tercerizadas); control obrero y de los cañeros trabajadores de la producción de los ingenios y de las grandes fincas cañeras.


La lucha por este programa requiere de la unidad de los obreros con los cañeros trabajadores, y el desarrollo de una alternativa política de izquierda en la provincia.