Sindicales

7/7/2007|898

Un mes de huelga en Puerto Madryn

"Quieren 100% y no se mueven"


La crisis abierta con la huelga de los obreros de la pesca en Puerto Madryn puede entrar en una nueva fase. El intento de promover una paritaria nacional con las cámaras empresariales y la burocracia de la Federación de la Alimentación para frenar la huelga y contrarrestar el reclamo del 100% de aumento por fuera de los aumentos del convenio ha tenido un primer fracaso. Pegaron el “faltazo” los representantes de los pulpos instalados en Necochea y Mar del Plata, quienes “se muestran reacios a adelantar las paritarias” porque significaría discutir un nuevo acuerdo, alterando, por ejemplo, “la situación de los fileteros marplatenses, donde los salarios de los trabajadores del sector pesquero están un 30% por debajo de lo que cobra actualmente un trabajador del sector en Puerto Madryn” (El Chubut, 4/5). Los obreros del sur les han dado a los obreros de la pesca de todo el país una consigna nacional y una huelga en la que “engancharse”.


 


El 13 de abril, un paro con corte de ruta en el que convergieron los trabajadores del Sindicato de Trabajadores de la Alimentación (STIA) y portuarios (Supa), paralizó el puerto y dio inicio a la huelga de los obreros del pescado que va camino de cumplir un mes. Los trabajadores establecieron desde entonces un estado de “asamblea permanente” dentro de cada una de las plantas y del propio puerto, con piquetes que impiden el procesamiento y la exportación del pescado. En palabras del “capo” de los industriales, “estamos cercados”, “sin poder entrar a nuestras plantas, sin poder mantener los equipos de frío, sin acceder a las computadoras, a la administración de las empresas, sin mover los vehículos que dejamos dentro de las plantas o los barcos que tenemos en el puerto. Hay un estado de sitio” (Ambito Financiero, 27/4).


 


Los obreros de la pesca reclaman un 100% de aumento, por fuera de los aumentos dados por el gobierno. Ni aun con él llegarían a los 1.800 pesos del costo de la canasta familiar en Puerto Madryn. Un obrero del pescado, en promedio, gana 3 pesos la hora, más un 20% por zona desfavorable y los 150 pesos del plan Jefes y Jefas que brindó el gobierno para tratar de prevenir la huelga, un tercio de aquellos 1.800 pesos. El secretario general del STIA, Luis Núñez, dice: “No podemos retroceder, nuestros salarios son los peores de la actividad en todo el mundo, pagan en pesos, venden en euros, y no nos dan el aumento” (ídem, 29/4).


 


Puerto Madryn es, por muchas razones, un laboratorio de la clase obrera del país. Antes del 13 de abril había estallado una serie de huelgas del personal embarcado desde noviembre hasta enero de este año (cuyo pico fue la huelga de 70 días de Alpesca); arrancaron un 70% de aumento, incluyendo los aumentos oficiales. Los obreros de Aluar, también en la ciudad, reclamaron un 50% de aumento y acaban de “cerrar” por 28%, los municipales reclaman un 45%. En este escenario, la CGT y la CTA no tuvieron otra salida que resolver un paro general regional; en realidad, “los gremios alentaron durante todo el día la esperanza de llegar al armisticio” (El Chubut, 25/4).


 


Productividad y paritarias


 


El reclamo de los trabajadores de la pesca es un intento de recuperar las conquistas obreras perdidas en los últimos quince años. Para los empresarios es una lucha por mantener las condiciones de explotación. Los patrones ofrecen reabrir la discusión del convenio —lo que afectaría al conjunto de puertos pesqueros (Deseado, Madryn, Necochea, Mar del Plata) para diferir el reclamo del 100% de aumento de los obreros de la pesca.


 


Reclaman la intervención del gobierno y de la burocracia de la Federación de Sindicatos de la Alimentación (Daer).


 


La huelga goza de una inmensa popularidad. Un intento de represión fue abortado cuando se concentraron “casi dos mil personas de todas las fuerzas vivas de la ciudad” (Ambito Nacional, 29/4).


 


Rebelión obrera en los sindicatos


 


El STIA es un sindicato de reciente formación. Según un empresario, “aparecieron organizaciones como la Agrupación de Marineros Santacruceños o el STIA, que reclamaron hasta un 100% de incremento con amenazas y bloqueos en los puertos” (La Nación, 26/4).