Sindicales

17/11/1994|432

Un “modelo” de autogestión

Que el conjunto de la burguesía pretende obtener beneficios (para ella) de todo lo que represente un “gasto” social a cargo del Estado, ya no es novedad; tampoco es novedad que sus representantes en el gobierno (nacional, provinciales y municipales) hayan ofrendado el patrimonio público. Pero como la rapiña del capital “privado” no conoce límites, “ahora” le toca el turno a la salud y a la educación públicas.


Lo “novedoso” sería entonces la “autogestión” hospitalaria, a la que los partidos patronales le asignan la capacidad (por medio de aranceles y privatizaciones) de lograr el equipamiento hospitalario, mejorar la calidad de atención médica, y hasta la llegada de la informática y las computadoras, … etcétera. Pero la realidad parece obstinarse en negarle la razón a esta hipocresía patronal.


Esto es lo que sucede en el hospital “municipal” de Marcos Paz, cuya “autogestión” (prueba piloto para una vasta zona del Oeste urbano bonaerense) lo único que mantiene en pie son los aranceles (80 pesos un parto … sin complicaciones ni medicamentos; 15 pesos una ecografía; 11 pesos la consulta al oculista; 3 pesos para atenderse en guardia y así de corrido). El arancelamiento ha obligado a una parte de la población a tramitar ante los funcionarios municipales un certificado de miseria para poder atenderse sin pagar. Pero el que no puede pagar o no ha hecho el trámite infame (o los funcionarios no le reconocen “pobreza extrema”) es retenido por la fuerza y bajo amenazas, si es que ha conseguido hacerse atender, hasta que consiga el dinero. Tanto es así que organizan la “fuga” durante el horario de visitas, “camuflándose” de familiares de los pacientes. Sólo por esta política terrorista y de humillación contra la población explotada, el director del hospital (que “casualmente” es el propietario de una clínica en Marcos Paz) y el gobierno deberían ir con sus huesos a la cárcel.


Pero aún hay más, porque los vecinos y el personal del hospital denuncian que la ambulancia nunca está en el hospital debido a que es utilizada para sus cuestiones personales (transporte de chanchos y leña) por el secretario de Salud de la comuna. No hay médico obstetra; el personal médico es contratado por tres meses y sólo se le renueva el contrato si hacen “buena letra”. Un médico presentó una denuncia frente a este caos y atropello y una patota municipal le rompió los huesos (literalmente) y lo dejó tirado en la calle; el médico (legista) que lo asesoró fue inmediatamente despedido del hospital.


Este es el clima donde reina la “autogestión”. Saqueo indiscriminado contra las masas empobrecidas y fuente de superbeneficios para las patronales de la salud y sus representantes políticos. Hospitales que se transforman en un caos organizativo y en “campos de concentración” para los pacientes y trabajadores del hospital. Esta es la realidad (con sus aristas “locales” incluidas) del significado de la política de “autogestión”  que impulsan Menem-Cavallo-Duhalde y el conjunto de los pulpos de la salud.


La pomposa “autogestión” no es más que un rebusque lingüístico que oculta la política de destrucción de la salud pública gratuita y una fuente de enriquecimiento para chupasangres “privados” de la salud. Los trabajadores de la salud deben tomar debida nota de los “resultados” de la “autogestión” en el Hospital de Marcos Paz y sacar todas las conclusiones del caso.