Un salto político

Después de la huelga triunfante por la reincorporación de dos activistas, se reforzó el proceso antiburocrático en la empresa Ciudad de Córdoba de la UTA.

En los talleres se realizó una elección previa o “interna” para decidir a qué lista adherir en la elección prevista para marzo. Antes de la elección se desarrolló una asamblea para discutir las propuestas. El acuerdo fue general: echar a la burocracia, unidad de los trabajadores, aumento de salario al básico, insalubridad, condiciones de trabajo, asamblea general para decidir. La presencia de delegados de Metrovías reforzó aun más las conclusiones. El resultado arrojó más el 70% de los votos a favor de adherir a la flamante agrupación clasista llamada Organización de Trabajadores de UTA (Ortuta). Es un paso consciente, político, de la masa de compañeros.

Con la paritaria salarial a la vuelta de la esquina (marzo), el programa y el método desarrollados en Ciudad de Córdoba constituyen una importante base para enfrentar las maniobras de la conducción. Su dirigente, Galván, no abrió la boca aún sobre el porcentaje a reclamar, ni del destino de los 255 pesos en negro, que deben ir al básico según los firmado en el orden nacional.

Mientras las patronales “locales” han obtenido un tarifazo del 33% del boleto, la conducción cordobesa se amparará en las negociaciones “nacionales” para entregar nuevamente el salario, haciendo pasar sumas en negro.

La lucha por una asamblea general del gremio está en el orden del día y es una idea que madura entre el activismo, que ya el año pasado protagonizó movilizaciones al sindicato y petitorios masivos por el salario. El debate en el taller es un paso firme en este sentido. Conviene su generalización, la asamblea general permitiría desplegar la energía de lucha de los choferes y talleristas.