Sindicales

12/4/2012|1217

Papelera Azuleña: Un triunfo hacia la expropiación sin pago

Los trabajadores de Papelera Azuleña arrancaron una victoria: la Justicia designó un interventor para que la fábrica retome la producción. Los trabajadores y la empresa deben designar un representante en la administración, mientras continúa en trámite el pedido para que se habilite la gestión obrera. El Concejo Deliberante votó por unanimidad pagar el equivalente a un sueldo mínimo municipal (1.300 pesos) a cada trabajador, hasta la reactivación.

Un peso decisivo en la resolución judicial y en la votación del Concejo le corresponde al gran apoyo popular que tiene la lucha. Un festival, que se realizó el 24 de marzo en la planta, reunió a más de 500 personas. El PO y la UJS estuvieron a la cabeza de su organización.

El intendente Inza, cuya política fue desde el comienzo la derrota por hambre de la lucha, fue forzado a aprobar el subsidio votado por el Concejo.

Hay un Comité de Crisis formado por el Ejecutivo, el Concejo Deliberante, trabajadores y organizaciones políticas, sociales y gremiales involucradas en la lucha.

Es crucial que el Estado garantice los derechos esenciales de quienes resisten la pérdida de su medio de subsistencia desde hace seis meses. Reactivar una planta que la patronal abandonó requiere un capital que los trabajadores no tienen. Por eso hay que arrancar la reconexión de los servicios (cortados por falta de pago) y garantizar el salario de convenio como también la cobertura social de los obreros. La patronal no pagaba el alquiler del inmueble -el que probablemente sea de un testaferro. Hay que ir por la expropiación sin pago y evitar que le quieran cargar a los trabajadores las deudas de la patronal.

Una mención especial merece la vergonzosa política del sindicato papelero, que desafilió de hecho a los trabajadores ¡porque hace meses que no cobran y, por lo tanto, no cotizan! Reclamamos su reafiliación con plenos derechos a la Obra Social y a la participación en la vida gremial.

La recuperación de la papelera significará, para Azul, nuevos puestos de trabajo, además de salvar lo que es defendido por sus obreros.