Sindicales

23/9/1998|601

“Una concepción política clasista”

Reportaje a Mario Díaz, secretario general de la Unión Obrera Gráfica de Córdoba y dirigente de la Multisectorial de Córdoba

PO: Córdoba ha sido el escenario, en este año, de dos paros provinciales, de innumerables movilizaciones y luchas. ¿Cuál es hoy la situación?


MD: No sólo en Córdoba, también a nivel nacional, los productores del campo, los desocupados y los trabajadores organizados; y si aquí ha habido un nivel un poco más alto de conflictividad es por las características de Córdoba y también porque hay una dinámica aún más alta del ajuste del Estado provincial que empezó hace mucho tiempo con Angeloz, con luchas que costaron el derrocamiento de éste, y, al haber tomado la posta Mestre, ha profundizado ese ajuste con la privatización de la banca provincial, el intento de privatización del Boletín Oficial, el avance en la privatización de Epec y ahora se suma el intento de destrucción de la salud con el traspaso a manos privadas del hospital público. Todo esto ha enmarcado un cuadro de conflictividad que también tiene su arista en el sector industrial, donde la recesión ha llevado a que haya suspensiones y la reducción de la planta de personal. Todo esto da una situación de alza de las luchas en Córdoba, donde, por contraparte, tenemos un movimiento obrero con la mayoría de la dirigencia, tanto del Moas como de la CGT, comprometida con estos planes de gobierno y con la política empresaria que ha llevado a paralizar la reacción que se viene dando en distintos sectores de trabajadores y no hay una convocatoria para enfrentar esta situación sino, todo lo contrario a desarticular todo intento de lucha y coordinación. Al resto de los gremios que planteamos la confrontación todavía no nos dan las fuerzas para hacer una convocatoria propia, pero de todas maneras estamos intentando revertir esta situación, nos hemos agrupado en lo que hemos llamado Bloque de Gremios, donde está un sector de gremios independientes al que pertenecemos y también está integrado por lo que es la CTA Córdoba. Allí estamos llamando a dar una respuesta movilizada y activa a los despidos y a la agresión a los intereses de los trabajadores. En síntesis, tenemos una situación de alza de las luchas, aunque todavía son parciales, por abajo, con intentos de organización y una dirigencia aún mayoritaria que logra contener la respuesta de los trabajadores.


PO: En este cuadro que vos describís, ¿con qué política, con qué planteos interviene la UOGC?


MD: Nuestro gremio tiene definido y ve como necesario, más que nunca, construir un instrumento de los trabajadores con una concepción política clasista del movimiento obrero que es la única herramienta con la que vamos a poder revertir esta situación. En este sentido, nuestro gremio tiene votada, por elecciones, la necesidad de construir un ámbito de estas características, que nosotros llamamos corriente clasista, que ayude a resolver esta situación. Porque si acá no hay una decisión de enfrentar y cambiar de fondo no vamos a salir de esta situación.


PO: ¿Qué lo hagan otras organizaciones obreras?


MG: Esto puede llegar a acoplarse a la idea que nosotros tenemos: la articulación de los sectores que defiendan los intereses de clase en forma tajante; por eso decidimos una concepción clasista de la política. Una articulación de todas estas voluntades nos parece bien; también nosotros entendemos que hay que sentarse a discutir no sólo cómo enfrentamos la situación coyuntural sino también una cuestión más estratégica de los trabajadores, por eso me parece fantástico. Y aún más teniendo en cuenta que a nivel nacional ha quedado clara la traición de la dirigencia empresaria de la CGT, pero también ha quedado clara la posición tibia y vacilante de los sectores opositores como el MTA y la CTA, que venían agitando la necesidad o la decisión de un paro activo de 36 horas si se aprobaba la ley de reforma laboral. Se hicieron varias movidas en el Congreso y, al momento de votarse esta ley, se llamaron a silencio. Lo lamentable también es que hay muchos límites que imponen algunas fuerzas políticas del campo popular que se han lanzado al terreno electoralista y han abandonado esta idea de articular para seguir luchando. Yo creo que el tema electoral hay que abordarlo, hay que tener una posición, pero me parece que se debe hacer en el marco de una acción contra este modelo; ya existen programas, hay que precisar dos o tres puntos para llevar adelante, pero cada uno tira para su molino y no hace esfuerzos para activar colectivamente y tener más perspectivas de triunfo.