Sindicales

30/9/2004|870

Una derrota con el sello de la CTA

Después de 10 meses, se cerró el conflicto originado por el despido de más de 90 trabajadores en noviembre de 2003.


El sindicato, que había sido facultado por una mayoría de los compañeros despedidos a plantearle a la patronal una negociación abierta, finalmente acordó la reincorporación de 12 trabajadores; pagó a los demás la indemnización correspondiente, una suma por salarios no abonados de 10.000 pesos, otro monto similar que paga la empresa por sus ganancias y veinte meses de cobertura social con un pago de 1.000 pesos mensuales.


Bridgestone-Firestone tiene previsto facturar este año 140 millones de dólares.


¿Qué se dirimía?


El conflicto de Firestone tuvo, desde su inicio, características"internacionales". Estuvo involucrada la casa matriz de Bridgestone para América Latina. Pasó por Buenos Aires y participó de negociaciones y asambleas el presidente del sindicato del caucho de Bridgestone de Estados Unidos. También la Embajada de Japón recibió una de las tantas marchas organizadas por la CTA.


Obviamente, el conflicto también pasó por el Ministerio de Trabajo de Nación y Provincia, y se discutió hasta en la Rosada. Se ocupó de él The Wall Street Journal.


Con este nivel de participantes, se estaba discutiendo algo más que los puestos de trabajo de 95 compañeros.


Que no era un problema de “crisis” lo definió, en La Nación el 20/6, el propio presidente de Firestone, cuando informó que la “recuperación del sector viene desde el segundo semestre del 2002 con la devaluación del peso", que facturarán 140 millones de dólares, que pretenden fabricar 10.500 neumáticos diarios para fin de año, y que tienen un plan de inversiones de 50 millones de dólares (están ingresando nuevas máquinas).


Que no se trataba de exceso de trabajadores lo prueba que durante este período de conflicto incorpora­ron mayor cantidad de obreros que los que despidieron.


Queda claro, entonces, que el conflicto fue originado por la patronal para cambiar las condiciones de trabajo, flexibilizar, pagar menores salarios y decidir a su antojo sobre la vida de los trabajadores. Y esto es lo que están soportando los nuevos compañeros que ingresaron.


Fue un caso testigo de una multinacional, para que se implemente a fondo la nueva ley laboral, que mantiene lo principal de la famosa Ley Banelco del menemismo.


Estaba en juego la superexplotación de los trabajadores. Fabulosas ganancias a costa de la miseria, accidentes de trabajo y hambre para cientos de familias.


El papel de la CTA


La CTA, y por lo tanto el Sutna (Sindicato del Neumático), habían apoyado en forma vergonzante la ley laboral, por lo que mal podían enfrentarla.


Pero hubo varios momentos en los que el conflicto se pudo ganar.


Primero. Al comienzo, cuando la empresa despide, es la época del año en la cual necesita mayor pro­ducción, y aunque tuviera stock, dada la reactivación del mercado interno y la exportación, se la podía doblegar trabajando por la huelga total.


Segundo. Para julio, cuando el fracaso de las negociaciones era evidente, los despedidos impusieron el bloqueo de los portones. A una semana, la patronal evidenció desabastecimiento y le planteó al Sutna discutir las reincorporaciones. El sindicato llamó a levantar el bloqueo. Por supuesto, la patronal le dio largas al asunto.


La CTA apuesta a negociaciones "legalistas", desmoviliza cuando los patrones prometen algo, convoca a movilizaciones callejeras y también mediáticas que, por su política, no tienen continuidad y terminan desmoralizando.


Esta lucha tuvo un gran apoyo de organizaciones populares, movimientos piqueteros, sindicatos de la zona sur, junto a la energía de los activistas y luchadores de Firestone. Los despedidos y los efectivos.


De este modo, se sostuvo la car­pa y permanencia en la puerta y to­das las acciones destinadas a que se reincorporara a todos.


La empresa aplicó el poder de veto sobre los 12 ingresantes. Que­daron fuera de la fábrica compañe­ros luchadores que encabezaron la resistencia y la lucha.


El balance de cómo se encaró de conjunto esta pelea, los métodos utilizados y la estrategia que se implementó, y su desenlace, corresponde hacerlo a todos los trabajadores, principalmente al interior de los sindicatos de la CTA.


Sobre todo porque volverá a replantearse.


Luego de cerrado este capítulo, vuelve a aparecer el eje que dio origen a los despidos: la discusión del nuevo convenio colectivo de trabajo que reemplace al convenio de crisis anterior. Todas las tensiones aparecerán con una patronal flexibilizadora y antiobrera, que sabe aprovechar todos los resortes del Estado y sus gobiernos.