Sindicales

14/3/1996|485

Una respuesta obrera

A fines del año pasado, Telefónica concentró las mesas de prueba de la zona Centro en la oficina Parral. Pero los que fueron trasladados se encontraron que tenían que cumplir funciones de operadores de 114 (Reclamos), a los que el convenio les fija un horario de 7 horas efectivas, pero con jornadas de probador (7,45 hs. efectivas). También extendieron la atención personalizada, hasta las 2 de la mañana, por lo que hubo cambios de horario y de rotaciones.


Como esto pasó, comenzaron a presionar a los revisadores para que, aparte de las tareas de reparación, se convirtieran en vendedores de los servicios adicionales que ofrece la empresa. A los pocos días comienzan a llamar presionando para ‘retiros voluntarios’, incluso bajo amenazas de despidos con causa, a sectores afectados al mantenimiento y construcción del plantel exterior, ya que era más ‘económico’ dárselos a las contratistas.


Esto generó una reacción en las oficinas afectadas, pero a pesar de ello el sindicato jugó a dilatar cualquier respuesta, con lo que terminaba aceptando la política de la empresa.


Frente a ello, los sectores de la oposición al guillanismo en la zona montaron una movilización frente a la empresa para el 6 de marzo, para presentar un petitorio donde se rechazan las medidas empresarias y donde los delegados de los afectados exigen discutir con Telefónica la situación.


El día anterior a la movilización, comienzan a llegar por fax a todas las oficinas comunicados del sindicato, donde se dice que se levanta la movilización para supuestamente no entorpecer la discusión con la empresa. En el mismo se incluyen firmas ‘truchas’ de delegados que avalan esta posición.


Paralelamente, Telefónica recrea el sector de Líneas, cesa con los llamados a los ‘retiros voluntarios’ y no pide más a los revisadores que vendan.


A pesar del operativo conjunto Guillán-empresa, la movilización se realizó con una importante cantidad de compañeros (300). Acto seguido, se marchó al sindicato a exigir el plenario de delegados del gremio para discutir las medidas a adoptar frente a los temas pendientes (horario en las Mesas, etc.).


Si bien los dirigentes se comprometieron a realizar uno en marzo, todo indica que no van a cumplir llamando a deliberar a un cuerpo que no manejan.


La oposición, nucleada en el Plenario de Trabajadores Telefónicos, tiene que discutir en plenario la línea de acción, para defender a los trabajadores frente al total vaciamiento a que fue sometida la organización gremial.