Sindicales

7/9/2018

Universidad de La Plata: direcciones K de Conadu y Adulp imponen la aceptación del retroceso salarial

La tregua que le ofrendan a Macri será precaria.

En una masiva asamblea en Adulp –la asociación gremial de los docentes universitarios de la Universidad Nacional de La Plata– se impuso por 220 votos a 100 la moción de aceptar la última oferta salarial del gobierno, que totaliza un 25% para el período paritario marzo 2018-febrero 2019. La oferta consiste en el 15% en cuotas, que se completa con una última de 4,2% en septiembre, y una suma fija remunerativa pero no bonificable que se cobra a partir de octubre y representa un 10% más, siguiendo la proporcionalidad de cargos, dedicación y antigüedad de la escala salarial.


En la asamblea se dio un intenso debate que contó con una mayoría de las intervenciones en rechazo a la aceptación de la oferta y por la continuidad de las medidas. Sólo en el informe de apertura, una compañera de base y dos delegados vinculados a las gestiones K de la UNLP se pronunciaron por la aceptación. Verónica Betancourt y Carlos De Feo, dirigentes de Conadu (la federación nacional a la que pertenece Adulp) se vieron obligados a anotarse para defender la posición de la conducción local, dada la fuerza de las intervenciones en contra de la oferta. El kirchnerismo,  liderado por las gestiones de algunos decanatos y la conducción de Conadu, desplegó una enorme presión en la asamblea misma y en los días previos. Uno de los argumentos que hicieron pesar fue el fantasma de que si no se aceptaba nos quedábamos sin el aumento del 10% remunerativo pero no bonificable (por fuera del básico). Otro recurso fue el de embellecer un acuerdo a todas luces desfavorable con el cuento de las instancias de revisión en noviembre y febrero. Pretenden hacernos creer que a un gobierno al que sólo una movilización de 350.000 personas y una rebelión creciente en las universidades lo movió del techo del 15% se va a sentar a mejorar el porcentaje cuando estemos casi en el receso de clases. Otro argumento fue que la federación fantasma Fedun, ligada a Moyano, ya había aceptado. El “operativo aceptación” incluyó la acción del decano de Bellas Artes, también K, que en la mañana del día de la asamblea intentó (sin éxito) quebrar la toma de la facultad por los estudiantes.


Sin embargo, las intervenciones de la oposición y de muchos docentes fueron contundentes al demostrar que el 25% después de la última corrida devaluatoria es incluso menos que el techo del 15% que se ofrecía antes. Además, señalaron que con este acuerdo vuelven las sumas en negro que habíamos erradicado luego de la gran lucha del 2005.


El balance que hay que sacar de esta tregua precaria que le otorga el kirchnerismo al gobierno es que su política se puede resumir en “cuidemos a Mauricio”. Quieren que el gobierno llegue al final de su mandato. Son conscientes de que en el cuadro de conmoción social que produjo el derrumbe económico nuestra lucha es un factor importante de agitación. La marcha de los 350.000 fue un canal de la bronca generalizada y creciente. Esta  estrategia de preservación del régimen rehén del FMI explica este acuerdo en el momento de ascenso de la lucha, con innumerables facultades tomadas, incluidas Bellas Artes y Humanidades en La Plata; con el gobierno desprestigiado y repudiado, que disuelve ministerios –entre ellos el de Ciencia y Técnica, lo que es un nuevo golpe al sistema científico– y en las vísperas del paro nacional que convoca la CGT, y de la nueva marcha educativa al Congreso por el presupuesto prevista para el jueves 13.


Los mismos que administraron los paros en cuentagotas, que decían que la lucha salarial estaba perdida y que se oponían a marchar a Plaza de Mayo, le entregan este presente al gobierno del que dicen ser enemigos irreconciliables.


La tregua es precaria. El descontento en amplios sectores de la docencia es manifiesto. En muchas universidades el acuerdo es rechazado. No sólo por los sindicatos de la Conadu Histórica, sino incluso en gremios que pertenecen a la Conadu la oferta fue rechazada por la docencia. Los estudiantes de muchas facultades se sumaron a la lucha para no abandonarla. Rápidamente hay que absorber el golpe del acuerdo a la baja y profundizar la movilización conjunta con los estudiantes.


Contener el volcán de la universidad no es tarea que puedan acometer aquellos que el 20 de diciembre del 2001 levantaron la marcha a Plaza de Mayo.