Sindicales

27/11/2014|1342

Urbano y De la Sota en retirada


La pretensión del delasotista Urbano (secretario general de la UOM-Córdoba) de expulsar a los delegados opositores de la planta 1 de Montich se frustró.


 


El día en que vencía el mandato de los compañeros, por orden judicial se hicieron las elecciones de delegados en la planta. Urbano no pudo presentar lista propia y los delegados fueron ampliamente ratificados.


 


Para el día siguiente, Urbano había convocado un congreso de delegados con un único punto: la expulsión de los delegados de Montich por haber denunciado la estafa montada por la empresa con la complicidad de la burocracia y el gobierno para recibir subsidios (los Repro).


 


Los delegados acusados se dirigieron al conjunto de los trabajadores metalúrgicos, denunciando el objetivo de Urbano, lo acusaron de tener políticas patronales, de no defender a los trabajadores, de querer acallar los reclamos y llamaron a que se hicieran asambleas en todas las fábricas para que los delegados fueran al congreso con un mandato de las bases.


 


La intención de expulsar a los compañeros de Montich obedece al propósito de limpiar de activistas las fábricas en una acción combinada entre la burocracia, el gobierno y la Justicia. Esto quedó claramente ratificado en el congreso: Urbano apareció en la sala de sesiones custodiado por policías de la provincia; la rápida y airada respuesta de los delegados obligó al jefe policial a levantar el operativo.


 


Ahí quedó claro que ése es todo el apoyo que tiene la burocracia; al comprobar que no pudo movilizar delegados propios para avanzar en la expulsión, montaron un provocación agrediendo físicamente al secretario adjunto del gremio (que defiende a los delegados de Montich); el grueso de los delegados salió en su defensa y los matones y los burócratas terminaron huyendo de la sala, por lo que el congreso finalmente no se hizo.


 


 


Un gran triunfo


 


Los delegados de Montich han ganado una muy importante batalla, que se debe a la clara conciencia que tienen de lo que está en juego y cómo se organizaron para impedir la expulsión. Su firme decisión de no permitir que la burocracia se saliese con la suya puso de manifiesto que no se ha podido frenar el espíritu de rebelión en la UOM a pesar de los despidos y los procesamientos en Valeo. Rápidamente, corrió como “aire fresco” por las fábricas la noticia de la suspensión del congreso.


 


La situación de la UOM reviste un carácter estratégico para los trabajadores y para las patronales. La burocracia hace aguas por su sometimiento a la política patronal de aprietes, despidos y suspensiones; ha intervenido para frenar y desviar las luchas en las fábricas. En el marco de una política general de ajuste contra los trabajadores, los procesos antiburocráticos aparecen como el principal escollo. Lo que plantea la necesidad de avanzar en un reagrupamiento clasista que dé perspectiva a esta fuerte tendencia antiburocrática.


 


Este triunfo sobre la burocracia de la UOM y el gobierno provincial no es un hecho aislado, los sindicatos cordobeses están recorridos por fuertes tendencias antiburocráticas que en las principales elecciones que hubo este año (Suoem, Adiuc, UTA, delegados de VW) tuvieron una expresión organizada, desplazando incluso a las viejas conducciones (UTA).