Sindicales

18/4/2017

UTA Córdoba: ganó el clasismo en Trolebuses

Elecciones de delegados de base


Con el 48% de los votos, la Lista Unidad encabezada por la compañera Sonia Beas, desplazó a la burocracia de la Comisión Interna de Tamse Trolebuses, empresa cordobesa con mayoría de mujeres en la conducción de sus vehículos. Quienes integran la lista son referentes de las principales luchas que atravesó el transporte de la provincia.


 


Mediante la movilización y distintos reclamos legales, lograron varios triunfos en la empresa: frenaron despidos y los abusos de la autoaseguradora (ART), normalizaron el ‘toma y deje’ (una gran conquista: es el proceso, realizado antes de iniciar cualquier viaje, en el que los trabajadores revisan ruedas, extintores, luces, rampa de seguridad, niveles de agua, aceite y frenos, para la seguridad de trabajadores y pasajeros).


 


También lograron la incorporación de nuevos servicios, aseguraron que ningún coche saliera sin aire acondicionado. Y lo hicieron sin fueros legales y contra la oposición de la patronal, la burocracia y el cuerpo de delegados anterior.


 


Las otras listas, una referenciada con la anterior conducción de UTA Córdoba y la otra con la UTA nacional de Roberto Fernández, se dedicaron a hacer campaña solo con acusaciones macartistas contra la lista Unidad, atacándola por sus vínculos con el Partido Obrero, principalmente de su referente, Sonia Beas, profiriendo calumnias y bajezas de todo tipo.


 


Este triunfo es parte de un proceso antiburocrático más amplio que recorre la UTA local. El 25 de marzo, en AUCOR (empresa del monopolio ERSA), una lista combativa recuperó el cuerpo de delegados, por amplio margen, en una votación que fue histórica por la cantidad de participantes: 603 de un total de 690 trabajadores.


 


Los choferes paralizaron literalmente el servicio para poder participar de los comicios y desplazar a una burocracia repudiada por el conjunto de los trabajadores.


 


En ERSA, donde las elecciones fueron hace 15 días, el dato fue que perdió un “rejunte” compuesto por Alfredo Peñaloza (ex secretario general de UTA Córdoba) y los referentes de quienes gobernaron los cuerpos de delegados de UTA en los últimos periodos. Las listas que armaron los delegados salientes sacaron una escasa cantidad de votos.


 


Allí ganó una lista armada por gente que viene de la vieja burocracia del sindicato de los noventa, cuyo secretario general, Miguel Díaz, fue el responsable del despido de cientos de trabajadores.


 


La derrota de la vieja burocracia sindical de la seccional y de aquella ligada a la UTA Nacional en todas las empresas responde a varias razones.


 


En primer lugar, a que durante todo el gobierno K y el actual gobierno macrista se ha producido un fenomenal enriquecimiento de un grupo reducido de empresarios del transporte, a costa de la malversación de millonarios subsidios, de la destrucción del servicio público de transporte, de los tarifazos, de la precarización de las condiciones de trabajo y de la reducción drástica del salario de sus trabajadores.


 


La privatización -en el 2013- de la empresa municipal TAMSE, fue acompañada por el despido de cientos de compañeros y la persecución del activismo. Ese proceso –que la burocracia dejó pasar- fue llevado adelante por el gobierno provincial y el municipio de Córdoba Capital, en manos del radical Ramón Mestre.


 


En segundo lugar, porque las conducciones de UTA tanto a nivel nacional como provincial y sus cuerpos de delegados, se convirtieron en los verdaderos garantes de esas políticas de vaciamiento y flexibilización laboral, siendo los primeros en perseguir al activismo que se opuso a esa ofensiva patronal.


 


La UTA Córdoba, intervenida hace meses por la burocracia de Fernández, está totalmente cuestionada por sus afiliados que se referencian con las nuevas conducciones de AUCOR y Trolebuses.


 


Los nuevos delegados son conocidos por ser protagonistas de la asamblea autoconvocada dentro de las instalaciones del sindicato por la reincorporación de cinco despedidos que luchaban por mayor frecuencia; referentes en la lucha por salario y las condiciones de trabajo con  movilizaciones, presentaciones y juntadas de firmas.


 


También desarrollaron varias convocatorias frente al gremio para exigir que se terminara la intervención trucha de Fernández. Estos compañeros, además, están ligados al activismo de la UTA de todo el país.


 


Además, participaron de las iniciativas que desarrolló la línea 60 y de los plenarios de la Coordinadora Sindical Clasista en Racing (2016) y en Córdoba.


 


Todo este desarrollo hizo que, en estas elecciones, los trabajadores cambiaran la frecuencia hacia el terreno de listas combativas y clasistas. En diciembre próximo se realizarán las elecciones de delegados en la empresa de transporte urbano Coniferal, donde está planteada la conformación de una lista que siga el mismo camino.


 


Además ocupa un papel principal para los nuevos delegados y el activismo la lucha para terminar con la intervención al sindicato. Todo este activismo debe sistematizar su acción en el gremio mediante el desarrollo de una agrupación clasista que garantice la organización para la lucha, en los desafíos que tiene por delante.


 


Si esto sucede, este poderoso gremio, neutralizado por décadas de conducciones corruptas, pasará de manos de la burocracia patronal de Fernández, a manos de trabajadores combativos. Esto significará un cambio radical para sus trabajadores y una nueva referencia política para las luchas del transporte a nivel nacional.


 


Pondremos toda la energía en el desarrollo de la agrupación clasista con base en todas las empresas y en el triunfo de una lista del activismo en Coniferal.