Sindicales

11/1/2001|694

Victoria de la huelga general en Recali

Casi como un calco de la victoria fraternal, el jueves 28 se impuso la conciliación con los despedidos adentro en la gráfica Recali-Agropa. Costó 8 días de huelga general y piquetes. Fracasó la inusitada y sospechosa extensión de una semana, hasta la primera audiencia en el Ministerio.


Todo empezó el 21 de diciembre con doce despidos fundados en “fuerza mayor” (indemnización al 50%), y atraso en la quincena. La resolución de huelga general se impuso de entrada y la siguieron los tres turnos con la excepción de un solo carnero. Con el correr de los días y el apoyo de la Agrupación Naranja, se empezó a organizar el piquete en la puerta. Llegaron delegaciones solidarias de otros talleres, se instaló una carpa y los bombos alteraron los nervios a supervisores y dueños, que puertas adentro movían alguna máquina. Al comienzo de la huelga, un piquete que bloqueó los camiones arrancó un adelanto que permitió pasar la Navidad con algo en la mesa.


La asamblea general rechazó una propuesta divisionista de reincorporar a cuatro, a condición de que las máquinas se empezaran a mover. Ante la firmeza de la huelga, la empresa despide a todos (más de 50 gráficos) y le impide a los trabajadores entrar. Los patrulleros, a cargo del mismo jefe policial que actuó contra los piquetes de La Razón, se acantonaron día y noche, para resguardar la sacrosanta propiedad privada de estos negreros.


Los obreros de Recali se transformaron en piqueteros, realizaron colectas en las avenidas de Barracas, salieron por Crónica TV, se desplazaron en piquete hasta Poligráfica del Plata, para que no tomara más trabajos de Recali, con la Naranja a la cabeza (el Sindicato se negó), cortaron una mano de Callao frente al Ministerio y al grito de “Olé, olá, a los despidos de Navidad, con los piquetes vamos a reincorporar”, recibieron la noticia de la conciliación con despedidos adentro. No ocurría esto en el gremio probablemente desde el triunfo parcial de la ocupación de Editorial Abril, en 1986.


Esta victoria contrasta brutalmente con el destino de derrota sin lucha que impone la burocracia ongarista en todo el gremio. Por ejemplo, Tecnograf fue víctima de cierre total, con desconocimiento de una conciliación de la subsecretaría de Provincia. Ciccone vuelve a sufrir atrasos. Pero nada amerita para esta conducción la movilización general, la acción directa y piquetera que tomó Recali. En la ruta de Interpack, de Atlántida y de las mejores tradiciones del gremio.


Fatida sumó su apoyo a la huelga y gestionó el de la Unión Internacional de Trabajadores de la Comunicación, que envió su solidaridad.


Ha triunfado el método de la huelga sobre la adaptación charlatanesca y legalista de la burocracia sindical.


Una nota destacada fue el reconocimiento, en la asamblea general de balance, del apoyo del PO de La Boca y Barracas, que estuvo a sol y a sombra junto a los huelguistas.