Sindicales

23/10/1997|561

Victoria en Aduba

El 30 de setiembre, 1 y 2 de octubre, se realizaron las elecciones en Aduba (Asociación de Docentes de la UBA) para renovar la Mesa Ejecutiva, los congresales y las comisiones directivas de las facultades. La Lista de Unidad Gremial, que llevó como candidata a secretaria general del gremio a Graciela Molle, obtuvo 584 votos sobre 609 votantes, y 60 compañeros se afiliaron durante las elecciones.


Los docentes ratificaron con su voto a la Mesa Ejecutiva que los dos últimos años llevó adelante una dura pelea contra la política de ahogo presupuestario, congelamiento salarial y destrucción de la universidad pública impulsada por el gobierno, y contra la adaptación del Rectorado a esa política, que se expresa en la flexibilización de las condiciones de trabajo de los docentes y en los proyectos de reforma curricular.


La elección en Aduba es una victoria del movimiento de lucha docente contra la política común de los rectores, la burocracia de la Conadu y el propio Ministerio de Trabajo, de colocarlo como furgón de cola de las autoridades universitarias. Estos atacaron duramente a la dirección gremial docente en el último período, bloqueando los fondos sindicales y reconociendo como dirección del gremio a Ricci y Hermo —miembros del Frepaso e integrantes del bloque oficialista de la Conadu—, quienes el año pasado lo fracturaron, y hace tres meses como lista Verde, organizaron elecciones ‘truchas’ en la que ‘obtuvieron’ muchos menos (y dudosos) votos que los que acaba de lograr la lista de Unidad Gremial. Esta burocracia actúa como agente de Pujol (UCR, administrador de Dosuba) en la tarea de adaptación de la obra social a la política de desregulación y mercantilización de la salud del Banco Mundial, y de Shuberoff, de implementar la reforma laboral y curricular en la UBA. La lista Verde actúa en sintonía con lo hecho por el secretario general de la Conadu, José Luis Molina, quien acaba de firmar un acta secreta con representantes del Consejo de Rectores, del Ministerio de Educación y la Fatun, imponiendo la reforma laboral en las universidades para el próximo año.


La nueva Mesa Ejecutiva plantea organizar un poderoso movimiento de lucha por la recuperación de la plena vigencia del nomenclador docente y la media canasta familiar (700 pesos) para el cargo testigo, por el rechazo de la paritaria particular, en oposición a la política menemista de dividir a los docentes por universidad. Esto supone enfrentar la reforma curricular de Shuberoff, que adapta la universidad al escaso presupuesto, acorta los estudios de grado en un rápido tránsito al posgrado pago y achica la planta docente, y por la recuperación de las prestaciones de DOSUBA, en defensa de las obras sociales universitarias con cobertura universal y solidaria.