El pasado 30 de abril, mientras se desarrollaba el paro nacional, distintos medios se hicieron eco de un proyecto de declaración presentado por el senador oficialista Juan Pablo Allan en la Legislatura bonaerense de “repudio” a la realización de paros docentes en Ensenada. Según lo publicado por el diario El Día, Cambiemos llevaría también al Concejo Deliberante de Ensenada un proyecto de ordenanza contra los paros, que vienen siendo masivos en el distrito.

Allan, que reporta directamente a María Eugenia Vidal, ha elegido como blancos al combativo y clasista Suteba Ensenada y al conjunto de la docencia que ha protagonizado grandes huelgas y movilizaciones. La decisión de focalizar el ataque sobre una de las seccionales dirigidas por la combativa Lista Multicolor responde a que estas han sido las que han rechazado la paritaria a la baja firmada por Roberto Baradel (de la Lista Celeste, conducción del Suteba provincial) y el Frente de Unidad Docente Bonaerense por Vidal.

Estas provocaciones y amenazas de legislaciones antihuelgas no son nuevas. Bajo el gobierno de Daniel Scioli, el entonces vicegobernador Gabriel Mariotto amenazó con la declaración de “esencialidad” de la educación en la Provincia de Buenos Aires, para limitar y reducir a cero el derecho de huelga; la iniciativa fracasó por la firme resistencia de la docencia bonaerense. Recientemente, fue el macrista Esteban Bullrich quien promovió en el Congreso un proyecto de ley para limitar los paros docentes a cinco días en todo el año.

Vidal y su ministro de educación Gabriel Sánchez Zinny vienen, por su parte, haciendo efectivo este ataque al derecho de huelga, con los sumarios a los directivos que paran y con los descuentos salariales por días de paro. La finalidad de todas estas medidas antiobreras la golpear la organización de los trabajadores de la educación para hacer pasar el ajuste educativo y las reformas antieducativas al servicio de los privatizadores.

Esta nueva ofensiva contra los paros y movilizaciones docentes se da en un contexto de confiscación directa de los salarios, luego de un acuerdo paritario que se limita a incorporar al básico sumas menores que ya se cobraban y a un “aumento” de $393 al básico, recién en julio.

Suteba firmó ese acuerdo alegando que había impuesto además una serie de “condicionamientos” al gobierno, que sin embargo no se han cumplido –como se ve, por ejemplo, en el total estado de abandono y la falta de inversión educativa. Al día de hoy hay 11.000 docentes en toda la provincia que no cobraron todo o parte de su sueldo, siendo incierto el próximo cobro. Por la vía de no prolongar suplencias que continúan y otros artilugios “técnicos”, miles de docentes no fueron cargados a tiempo en el sistema y no cobraron sus salarios. Para disimular esta estafa y robo a los docentes, Vidal y la Dirección General de Escuelas anunciaron tres “alcances” en abril (pagos diferidos) que jamás se efectivizaron, lo que dio lugar a fuertes movilizaciones y medidas de fuerza con paros convocados por los Suteba Multicolor, que en Ensenada tuvieron más de 90% de adhesión. Pese al incumplimiento de los “alcances”, Suteba Provincia y el FUDB se han llamado a silencio mientras Vidal difunde un spot de campaña electoral celebrando la “normalidad” de las clases en la provincia y el acuerdo con los gremios docentes. La pasividad de Baradel, Petroccini y Díaz -dirigentes del FUDB- es funcional a Vidal y lesiva para la docencia.

Frente a este ataque a la docencia ensenadense y la amenaza del gobierno macrista de una ofensiva contra el derecho de huelga de los docentes, el Suteba Ensenada ha lanzado una fuerte campaña de pronunciamientos y adhesiones que ya está recogiendo el apoyo de sindicatos, juntas internas y delegados combativos de toda la provincia. También de las bancadas del Frente de Izquierda a nivel provincial y nacional, de Tribuna Docente y distintas organizaciones sindicales, políticas y sociales de la región.

Desde el Suteba Ensenada se advierte que, con estas intimidaciones, Vidal busca curarse en salud frente a nuevos descuentos indebidos, falta de pago en tiempo y forma y para hacer pasar una paritaria de miseria que deja los salarios docentes muy por debajo de la canasta de pobreza. Con la consigna “Ni un docente sin cobrar”, llamamos a redoblar esta campaña y a defender al Suteba Ensenada.