Sindicales

4/10/2018|1522

Vidal con el mazo dando, Baradel rezando

Con el fin del ciclo lectivo en puertas, Vidal se ha apuntado una victoria al cancelar la paritaria docente en los hechos e instaurar un mecanismo de decisión al margen de cualquier marco legal. Durante diez meses convocó a los gremios a reuniones espaciadas por meses, en las que no se dio respuesta alguna a los reclamos de los trabajadores. En la última reunión, en agosto, planteó, sin discusión posible, un aumento salarial del 19,6%. 


Sobre un salario inicial de pobreza de 12.500 pesos de un maestro que recién ingresa a la carrera, ese incremento sería de 2.450 pesos, lo que elevaría el sueldo que cobran por cargo los docentes de hasta siete años de antigüedad a 14.950 pesos, lejos de la canasta de pobreza, hoy en 21.000. Ni siquiera un maestro con 24 años de antigüedad llega a esa canasta.


Ante el rechazo de las direcciones sindicales de una cifra imposible de considerar, los salarios están virtualmente congelados.

A ello debe agregarse la reducción presupuestaria del 3% en educación -que se agravará en 2019- y el derrumbe edilicio, el cierre de escuelas y de modalidades enteras, como los bachilleratos de adultos y la eliminación de los equipos de orientación escolar.


Baradel nos manda  “a llorar a la iglesia”


En septiembre, los paros contundentes de la docencia, de los universitarios y de los trabajadores del Astillero, en medio de la rebelión de la comunidad educativa luego de la explosión de la Escuela 49 de Moreno, pusieron en la picota a Vidal. Los paros de los días 12 y 13 de septiembre fueron totales. Miles se movilizaron al Congreso. 


Claramente, el ajustazo de Vidal en educación no se condice con el repudio popular creciente. Pero sí con la colaboración de las burocracias sindicales docentes en defensa de la gobernabilidad macrista. En la misma multitudinaria marcha del 13 de septiembre, Baradel y el Frente de Unidad Docente Bonaerense negaron cualquier continuidad de las medidas de fuerza. 


Vidal lleva diez meses de negativas. Y Baradel, de paros aislados que disuelven la energía de la gran lucha docente. La oposición cerril al método de la huelga general por parte de este sindicalismo es una vía de derrota segura.


Ahora, en vísperas de reuniones de delegados para considerar cómo seguir, la dirección de Suteba y de todo el FUDB ha resuelto, sin mandato de nadie, convocar a la Iglesia y a su Pastoral Social para que medie hasta llegar a un entendimiento con Vidal. Es la misma Iglesia que intervino en el conflicto de los trabajadores del ARS, con los resultados conocidos (ver nota en esta página). Apelan a la fracción más poderosa y reaccionaria de las patronales de la educación privada que, en sus escuelas confesionales -sostenidas por el subsidio estatal-, establecen condiciones esclavistas de trabajo y salarios a la baja. Son los enemigos jurados de los derechos de las compañeras, del aborto legal y gratuito, de la educación sexual integral en las escuelas, y de una educación laica y científica.


Mientras Baradel (Suteba) y Petroccini (FEB) ingresaban a la Pastoral Social en La Plata para planchar cualquier plan de lucha, el combativo Suteba de Ensenada ocupaba la Torre 1, en defensa de los reclamos de la docencia.


Basta de paros aislados. Fuera la Pastoral Social. Plenario y plan de lucha


Frente a esta realidad, los Suteba multicolores y la lista Multicolor tienen un desafío y una enorme responsabilidad.


Para que la paritaria provincial se “abra”, y se arranque un salario básico de 20.000 pesos más un incremento del 40% ajustado por inflación, el presupuesto para resolver la crisis edilicia y volver atrás la reforma antieducativa y los cierres de Vidal. Con plenarios e iniciativas de la Multicolor, reclamemos paros de 72 horas renovables hasta derrotar a Macri, a Vidal y con ellos al FMI.