Sindicales

4/4/2016

Visita presidencial: Macri viaja a Córdoba a respaldar despidos en Fiat

El presidente Macri viajará el próximo martes 5 a Córdoba para participar de un acto en la puerta de la fábrica Fiat, emplazada en  barrio Ferreyra. Participarán el gobernador Juan Schiaretti, el intendente Ramón Mestre y el CEO mundial de Fiat, Sergio Marchionne. Detrás del escenario, para anunciar supuestas inversiones futuras en el país, se cocina un sólido respaldo político a los despidos y suspensiones masivas en la planta.


El  acto coincide con la decisión de la empresa de suspender en abril, al menos en 10 días, a 1500 trabajadores de la planta de ensamblado, chapistería y pintura. Las suspensiones no son nuevas, meses anteriores alcanzaron a 200 operarios. Paralelamente, a través de figuras como el retiro voluntario, la jubilación anticipada y el corte directo de la relación laboral, la empresa procede con despidos. El Smata mismo ha salido a denunciar “despidos por goteo”.


La caída de la producción, al mismo tiempo, se traslada “hacia abajo”, con despidos en las autopartistas. Según el secretario general de la UOM, el delasotista Rubén Urbano, llegan a 1.500 trabajadores, con talleres que han comenzado a cerrar (Atle Transporte SRL, Bauen Efacec, Cit Metal, ITS SRL, Industrias Metalúrgicas Mam, Ranzuglia, RAR SA y VHB Repuestos Agrícolas). En tanto, Donet y Met Zanier están en convocatoria de acreedores.


Las predicciones positivas de los CEOs de Fiat en torno a una inversión que llegará recién en el segundo semestre del 2017 se asientan sobre un presupuesto incierto. La crisis automotriz es la expresión del derrumbe del mercado brasileño y de la caída de los ingresos en el mercado interno, es decir, una manifestación de la crisis capitalista de conjunto. En la actualidad la planta de Ferreyra bajará aun más el ritmo de la producción, ya que en Brasil hay un stock de unidades enviadas y aún no vendidas (Comercio y Justicia, 30/3).


Pero la crisis industrial también es el escenario de una guerra contra los trabajadores, que tiene a las multinacionales a la cabeza. Cristiano Ratazzi, de Fiat, quien mejor expresa el programa y las exigencias de los capitalistas, pretende una mayor devaluación que derrumbe aún más el salario y licúe sus costos -como el de la energía, entre otros. Las inversiones que anunciarán en Córdoba estarán ligadas a esta  exigencia.  Rattazzi dijo en estos días: “espero que el gobierno no se enamore de un dólar bajo”.


La presencia del gobernador de Córdoba en el evento no es azarosa. Schiaretti respalda los intereses de las metalmecánicas. El ministro de Industria, Roberto Avalle, salió a bendecir las suspensiones como “la mejor herramienta para evitar los despidos”. La intervención del ministro de Trabajo Omar Sereno se limita a garantizar los recursos preventivos de crisis, a través de los cuales se presiona al conjunto de los obreros para aumentar los ritmos de trabajo y mantener salarios de miseria. En respuesta a una interpelación de nuestro legislador Eduardo Salas, Sereno reconoció que nada puede hacer con la rescisión de contratos en vastos sectores de las empresas metalmecánicas porque son llevados adelante por consultoras.


Un planteo de salida


No hay una contradicción entre las suspensiones y despidos y el anuncio de nuevas inversiones. La crisis incrementa la competencia entre los pulpos automotrices por un mercado cada vez más restringido, lo que obliga a hacer inversiones (aunque gran parte de ella es tecnología ya amortizada) y  sacarle el mayor jugo a la crisis golpeando sobre las condiciones laborales, los puestos de trabajo y los salarios. 


La burocracia sindical y los funcionarios del gobierno acompañan la “lógica” patronal a pie juntillas. Un  directivo del Smata reclamó que los retiros “sean verdaderamente voluntarios”, reconociendo que son despidos encubiertos, pero aceptándolos.


Es esta política la que tiene paralizado al movimiento obrero metalmecánico: la crisis es usada por burócratas y funcionarios para impedir una reacción obrera. Sin embargo, la situación cada vez se agrava más y plantea la necesidad de una intervención obrera independiente.


Frente a esta situación planteamos un programa que unifique a los trabajadores de toda la industria e impulse la lucha: 1) Prohibición de despidos y suspensiones para todos los trabajadores, 2) exigencia a las empresas para que presenten sus planes de producción y horas de trabajo correspondiente para organizar el reparto de las horas de trabajo entre la totalidad de los trabajadores sin disminución salarial; 3) Apertura de los libros de las empresas a fin de determinar los costos, evaluar los precios de los automóviles y las ganancias de las mismas. Asimismo, determinar cuáles son los precios de transferencia intrafirma que se establecen entre las filiales de Argentina y de Brasil; 4) abrir los libros de las financieras de las empresas automotrices a fin de reducir los costos de financiamiento para la ventas en cuotas (planes de ahorro, etc.); establecer un plan de de producción de material rodante y de transporte público de pasajeros aprovechando las instalaciones industriales existentes; 7) formar un comité obrero independiente de supervisión de todo este plan, invitando a participar del mismo a las comisiones internas de las fábricas brasileñas.