Sindicales

30/1/2017

Volkswagen: flexibilización y despidos encubiertos


Mercedes Benz despidió a 90 contratados en diciembre, y en lo que va de enero a más de una docena  de trabajadores bajo convenio y efectivos, mientras anuncia que tercerizará la producción de una pick-up en la planta de Renault en Córdoba, donde rige un convenio firmado a la baja entre el SMATA y Nissan-Renault.


 


Volkswagen acaba de dar un paso firme en su política de ajuste y flexibilización laboral con la absoluta complicidad del SMATA. En diciembre del 2016 se vencía, según el sindicato, un acuerdo de “estabilidad laboral” totalmente fraudulento. Desde de abril de ese año rige un esquema de suspensiones rotativas para todo el personal de producción. La patronal alemana logró en este lapso de tiempo  deshacerse de más de seiscientos trabajadores, mediante retiros voluntarios, prejubilaciones y despidos por goteo.


 


Con el argumento de “repartir los costos de la crisis entre todos los trabajadores”, las suspensiones rotativas fueron presentadas  por el SMATA casi como una conquista. “Con este esquema –decían- no se le pone nombre y apellido a los suspendidos, y evitamos el armado de listas negras”…


 


La burocracia por la boca muere…


 


Los primeros días del año “Paco” Manrique, eterno Secretario General Adjunto del sindicato, viajó a Alemania para reunirse con los directivos de Volkswagen y trajo “buenas noticias”: a cambio de extender la “estabilidad laboral” hasta junio del 2018, se le pondrá nombre y apellido a los suspendidos. Con la velocidad de un rayo se pasa de “repartir la crisis entre todos” a las listas negras. Pero las “conquistas” no terminan ahí, también se logró un paquete con diferentes programas de retiros voluntarios, prejubilaciones y reubicación en otras plantas y autopartistas. El SMATA presentó este paquete de ajuste a los trabajadores como algo   “mucho más positivo de lo que se esperaba”. Una canallada. La mentada estabilidad laboral que vocifera la burocracia no es más que un burdo eufemismo para dorar la píldora de los despidos encubiertos, que se realizaran en el plazo de la fraudulenta estabilidad, es decir hasta junio del 2018. La lista de trabajadores suspendidos con una brutal rebaja salarial será de más de seiscientos, y estará de seguro compuesta por los compañeros afectados por enfermedades laborales, activistas o simplemente indeseables para la empresa y la burocracia. Las suspensiones prolongadas no son ninguna herramienta para frenar despidos, como lo demuestra lo  sucedido en  Siderca, que despidió por segunda vez en menos de dos años a trabajadores que estaban  suspendidos indefinidamente desde diciembre de 2015, luego de ser reincorporados.


 


Sobre los  trabajadores que quedan en la lista de suspendidos, pesará una presión económica y psicológica enorme, que empujará a muchos a agarrar los retiros voluntarios en las condiciones impuestas por la patronal.


 


Aunque  el año pasado la patronal avanzó sobre el convenio, reduciendo tiempo de comedor y descanso, y se logro imponer el turno americano en mantenimiento, más allá de la resistencia de todos los trabajadores, no es algo que haya pasado sin tensiones, y la herida de esa entrega todavía está abierta. Que el plan de reducción del personal que se trazaron la patronal y la burocracia sea de dieciocho meses no es algo improvisado. El lapso relativamente largo para aplicar el plan de ajuste en VW, responde a que no son pocas las reservas de lucha de los trabajadores metalmecánicos. Necesitan desgastar, tanto a los que estarán afuera como a los que quedarán adentro. Un paso en falso puede despertar a un gigante dormido. La principal preocupación de la burocracia  no  son los puestos de trabajo, sino mantener el control de la planta. Las elecciones de delegados que se debían desarrollar en septiembre pasado fueron suspendidas indefinidamente por el miedo a que surja de la bronca de los trabajadores un recambio de delegados que exprese una tendencia a la lucha. La enorme lucha de AGR-Clarin, refuerza el miedo de la burocracia del SMATA,  comprometida a fondo con el ajuste.


 


Llamamos a todos los trabajadores de Volkswagen a  organizarse en todos los sectores en base  este programa:


 


Ningún despido ni suspensiones.


Abajo las listas negras.


Reparto de las horas de trabajo sin afectar el salario.


Defensa del convenio colectivo.


Elecciones ya de cuerpo de delegados.


Que la crisis la pague Volkswagen y no los trabajadores.