Sindicales

25/8/1994|426

Ya van 700 firmas contra el fraude

La Lista Celeste del SOIP (Sindicato Obrero del Pescado) está empeñada en una masiva recolección de firmas para exigir la nulidad de los comicios fraudulentos en los que la burocracia corrió sola por el retiro de las listas opositoras (la Celeste y la Verde-duhaldista).Estas firmas acompañarán una presentación ante el Ministerio de Trabajo y la justicia que exigirá, además, el acceso a las actas de escrutinio. La burocracia de Saravia informó que 1.561 trabajadores habían votado su lista, aproximadamente el 50 % del padrón trucho presentado al comicio. La verdad denunciada y hecha conocer por la Celeste es muy distinta: la afiliación no supera los 2.000 trabajadores y en las veinte fábricas más grandes y que concentran la casi totalidad del personal efectivo y sindicalizado (las otras 40 son pequeñas y “cooperativizadas”” casi en su totalidad) el boicot superó el 90 %. En La Campagnola, bastión histórico del saravismo y donde la oposición jamás había logrado penetrar, la burocracia tiene el 5 % de los votos del padrón de la fábrica.


“Yo no voté”,“elecciones limpias”, “asamblea general” éstas son las consignas. Las condiciones para expulsar a Saravia del SOIP y de la CGT Mar del Plata han madurado hace mucho. Lo único que lo sostiene es el Estado (el apoyo del ministerio y la justicia). El activismo ha salido reforzado de la batalla electoral. La táctica del boicot, aunque defensiva, evitó la desmoralización que podía surgir del amañamiento total del comicio (ya planteada en otras oportunidades) por parte de la burocracia. La herramienta del boicot ayudó a superar el trauma paralizante de que “Saravia siempre nos jode”, se convirtió en una causa popular a nivel de las fábricas y ganó a la base de la otra lista.


El repudio a la burocracia no puede entenderse si no es a partir de las batallas previas libradas por el partido y la Celeste en el puerto, en particular la lucha contra la “jubilación privada”.  La gran simpatía por la “Marcha Federal” y el paro del 2 de agosto, y el esfuerzo en este caso por vencer el carnereaje saravista, revela que los trabajadores van hacia luchas mas profundas. Existe un cuestionamiento cada vez mas insistente hacia los convenios por productividad y los salarios de hambre, en tanto se abre un período de mayor demanda laboral, común en esta estación, y reforzada, además, por los acuerdos pesqueros con la Comunidad Europea. Por eso, la campaña de la Celeste contra el fraude va unida a la denuncia de los convenios de productividad en cada planta, al reclamo del básico, el retorno de los “cooperativizados” (trabajadores despedidos sometidos a un virtual trabajo a destajo por las patronales) y la reorganización del cuerpo de delegados. Como ya está ocurriendo en varias plantas, hay que aprovechar el aislamiento en que han quedado los delegados saravistas para reclamar su renuncia y preparar la constitución de un bloque de delegados fiel al reclamo de los trabajadores.


La posibilidad de materializar estos objetivos está dada por el fortalecimiento de la autoridad celeste, su consolidación organizativa y la incorporación de un valioso núcleo de activistas a nuestras filas. Uno de los objetivos centrales de la Campaña Financiera es la apertura de un local en el puerto que será un centro de organización política y sindical de los obreros del pescado y demás gremios portuarios.