Sindicales

29/10/2009|1106

Zanón reclama que se concrete la expropiación

el sindicato ceramista de Neuquén acaba de comunicar que la expropiación de Zanón se encuentra empantanada e informa el inicio de un plan de movilización. Reclama sacarla del concurso de acreedores y que el gobierno provincial termine el proceso de expropiación. La ley declaró a los bienes de la empresa sujetos a expropiación, pero la concreción esta condicionada al desembolso del dinero por parte del Estado. Es lo que pasa también con todas empresas recuperadas desde 2001. Como se ve, estamos lejos de la proclamada “expropiación de los capitalistas”, aun con fondos que debería poner la empresa recuperada con la venta de cerámicos al Estado.

La sanción de la ley había estado precedida por el avenimiento de los acreedores, privilegiados con el resarcimiento a los capitalistas por 23 millones de pesos. Muy lejos de la afirmación que “la expropiación saca los bienes del ámbito del juez de la quiebra”, la ley la subordina al juicio de quiebra y condiciona el veredicto final a los acreedores (en este caso, más que en cualquier otro, queda al desnudo el carácter trucho de las leyes burguesas de expropiación, que no son más que compras disfrazadas por parte el Estado, con mayor o menor grado de consentimiento por parte del capital involucrado).

Pero ni aun este mecanismo ha sido suficiente garantía para efectivizar la expropiación: “Ya han pasado más de dos meses, dice el comunicado sindical, desde que la Legislatura provincial votó la ley de expropiación, y a pesar de los reiterados pedidos de reunión… no hemos tenido ningún tipo de respuestas”. Esto significa que el Estado no puso la plata para indemnizar a los capitalistas, ni hay negociaciones en desarrollo en el marco del concurso. Por más que se haya firmado el avenimiento, no hay que descartar nuevas maniobras de los acreedores privilegiados y la propia familia Zanón, así como de Sapag y el MPN. Como se ve, estamos muy lejos de una ley que sería “un ejemplo para el provenir”, como fue presentada, lamentablemente, en el afán de embellecer una gestión política mediante el exitismo, en detrimento de la denuncia de las limitaciones insalvables de la ley.

En el comunicado, el sindicato ceramista afirma, asimismo, que “desde 2008 venimos discutiendo con el Poder Ejecutivo de la provincia… también políticas que garanticen la continuidad de nuestra fuente de trabajo, igualdad de condiciones que el resto de la industria en materia de subsidios en energía eléctrica y gas, la compra para la obra pública, créditos para la renovación tecnológica”. El reclamo pone de manifiesto que Zanón está muy lejos de haber escapado a las leyes del capitalismo y, por lo tanto, a la explotación capitalista. El despotismo que antes ejercía en forma directa la patronal sobre los trabajadores de Zanón, lo ejerce ahora “el mercado” que, por un lado, vehiculiza la presión económica del capital que domina la industria, los bancos; y el Estado; y, por el otro, favorece a los capitalistas con los recursos fiscales y combate las reivindicaciones de los trabajadores. Los corralones le imponen a Zanón condiciones leoninas para la comercialización de sus productos, lo cual les permite obtener rendimientos siderales a expensas de la gestión obrera. En este marco, la defensa del nivel salarial de los trabajadores tiene lugar a expensas de una creciente descapitalización de la fábrica (deterioro de los equipos y maquinarias, obsolescencia). Los reclamos que plantea el sindicato ceramista ponen al rojo vivo este ahogo económico: el Estado complementa los salarios con los Repro de 600 pesos, como ocurre con las empresas capitalistas en crisis.

En este contexto, batir el parche sobre el “ejemplo para el porvenir” o la reivindicación de la “autogestión” equivale a un callejón sin salida. En varios países, en especial Venezuela, se impulsa la “propiedad social”, entendida como una empresa donde los trabajadores dejan de ser obreros para convertirse en monotributistas, que funciona como una tercerizada del propio Estado. Detrás de la denominación rimbombante estamos ante una salida capitalista a la crisis, a través de un retroceso social de la condición de los trabajadores. En oposición a la ‘autogestión’, el futuro de los trabajadores de la “empresa sin patrones” depende de una lucha anti-capitalista de conjunto, que plantee la expropiación sin pago de las empresas vaciadas y también la nacionalización de los bancos, bajo control obrero, como una transición hacia una planificación dirigida por los trabajadores.

Sólo a partir de la crítica a la ley del MPN (así como todas las que reglamentan a las empresas recuperadas) y de la crítica a la autogestión, podremos continuar la lucha para arrancar la expropiación definitiva de Zanón y consolidar la gestión obrera; o sea, inseparable de una lucha anticapitalista de conjunto. Bajo esta perspectiva, llamamos a apoyar la movilización dispuesta por los compañeros de Zanón y derrotar esta nueva maniobra que deben enfrentar.