La lluvia desnuda la dura realidad de las familias que viven en los barrios más empobrecidos de Rosario. El jueves 8 y viernes 9 de abril se vio a los vecinos sacando agua del interior de su casa a baldazos. Perdiendo sus pocas pertenencias, durmiendo en colchones mojados con sus hijxs, incluso viendo peligrando sus vidas ya que en muchas casillas se filtra agua donde están las conexiones de luz, como sucede en el barrio Santa Lucía. Hace pocos días vimos cómo una familia perdía su casa porque un espiral contra los mosquitos prendía fuego todo.

En la Villa Olímpica de zona norte, las familias a las que los gobiernos les vienen prometiendo la entrega de viviendas familiares, se encuentran con las casillas inundadas en el medio de un verdadero barrial, ya que la zona no está urbanizada y viven junto a un basural a cielo abierto, ubicado en la villa, cuyos residuos tapan los desagües. Cabe destacar que estas familias no tienen conexión de agua potable, y solo cuentan con una canilla comunitaria que los propios vecinos instalaron.

 

En la ciudad donde florecen las mega torres a la orilla del Paraná, la especulación inmobiliaria encarece las viviendas y empuja a más de 100.ooo personas a vivir hacinadas en asentamientos, según los datos ya un poco viejos del Registro Nacional de Barrios Populares.

Desde el Polo Obrero nos organizamos para acercar solidaridad, al mismo tiempo que exigimos una respuesta inmediata de los gobiernos municipal, provincial y nacional ante las graves pérdidas materiales y las situaciones que ponen en peligro la salud y la vida de las familias afectadas por las inundaciones. Reclamamos la entrega de colchones, ropas, mantas, pañales, ropa y chapas. Seguiremos debatiendo en asamblea y luchando por la verdadera  urbanización de nuestros barrios, en oposición  a una orientación capitalista que le quita a los trabajadores su derecho a  vivir en la ciudad.