Sociedad

5/1/2012|1208

El regreso de Perón

Feinmann, sin tomarse la molestia de demostrarlo, dice en su entrevista con La Nación que si Perón hubiera vuelto en 1964 no ha-bría habido "guerrilla ni miles de muertos, ni tanto odio en el 73".


En 1964, el burócrata metalúrgico Augusto Timoteo Vandor organizó un frustrado “operativo retorno" que terminó con Perón en Brasil, desde donde su avión fue enviado de regreso a Europa con él a bordo.


Cuando ese operativo apenas se había anunciado, el recién fundado Política Obrera publicó un folleto con el título "Perón no vuel-ve". Allí se explicaba que el general exiliado no regresaría a la Argentina mientras no tuviera una tarea contrarrevolucionaria que cumplir. Ese no era el caso en 1964, cuando su presencia podía soliviantar a las masas en reflujo, y sí lo sería en 1972. Feinmann solamente puede hacer historia para justificar sus resultados -o sea, cuando ese ejercicio no sirve para nada.


Ocho años después de aquel retomo fallido, Perón regresó traído por los mismos que lo habían derrocado en 1955, y por los mismos que no lo dejaron entrar en el '64. Lo trajeron para diluir políticamente la insurgencia popular iniciada por el Cordobazo. El crimen político de Montoneros fue poner el retorno de Perón en la agenda en la cual el Cordobazo había puesto el "gobierno obrero y popular".


Esa gran contradicción histórica es reducida por Feinmann a una divagación. Al regresar, dice, Perón se "historiza" (?) y por eso deja de ser "el padre de todos". Conclusión: para evitar el sinsabor de la lucha de clases escapemos de la historia y fantaseemos. Como historiador, ¿es o no un pelotudo?