Sociedad

8/7/2010|1136

El fútbol argentino en su encrucijada

-Exclusivo de internet

El impresionante espectáculo que conlleva un mundial de fútbol ocultó, sólo por un momento, la situación crítica del fútbol argentino. Detrás de la derrota argentina no hay sólo “un mal partido”, sino años de rapiña y pésimos negocios.

¿Se juega como se vive?

Con esta pregunta, el pasquín oficial del gobierno “6, 7, 8” abría sus programas en la semana previa al partido del Seleccionado nacional con la de México. Por su estupidez la pregunta no resiste mayor análisis. Sólo muestra la miseria de un gobierno que, en función de un par de buenos resultados futbolísticos, intenta disfrazar una realidad nacional no tan “atractiva” y, peor aún, se mofa de la situación crítica que atraviesan, no los capitalistas griegos, italianos e ingleses, sino sus trabajadores y hasta la de los trabajadores argentinos emigrados. Sin embargo, toda pregunta puede reformularse para buscar los verdaderos motivos de los fracasos… ¿Se juega como se vive? o ¿Se juega como se dirige?

Fútbol para algunos

La dirección de Julio Grondona al frente de la AFA ya lleva 31 años. Sobrevivió a dictaduras y democracias, profundas crisis económicas y convulsiones políticas. Sin embargo, se mantiene intocable en el poder gracias al antidemocrático estatuto de la Fifa y a las camarillas que ha formado con los presidentes de los principales clubes, quienes, a su vez, le devuelven el favor sosteniéndolo al frente de la AFA. A lo largo de esos 31 años, además, se convirtió en vicepresidente y tesorero de la Fifa, nada menos que el encargado de las finanzas de la organización deportiva más multimillonaria de la historia (nada mal para un ferretero de Sarandí). Pero las finanzas del fútbol argentino hace tiempo que están en rojo. La infraestructura es pésima en todos los niveles, la gran mayoría de los futbolistas cobran salarios miserables cuando tienen la suerte de cobrar y los clubes (salvo excepciones) están quebrados. Los dirigentes han vaciado los principales clubes de primera división con negocios truchos, desviación de ingresos o simplemente el robo. Los casos más significativos son los de River y Racing, seguidos muy de cerca por Boca y Rosario Central. “Los clubes del fútbol se han transformado en un campo de enriquecimiento de decenas de dirigentes inescrupulosos, que ocultan las verdaderas transacciones con los jugadores, evaden impunemente los impuestos y no pagan los aportes jubilatorios a los jugadores y a los empleados de esos clubes. Tampoco presentan los balances de sus cuentas en la AFA; ni la AFA se las pide. Las deudas de los clubes con el fisco rondan los 300 millones de pesos, casi la mitad de la deuda total” (PO Nº 1.095).

Los ingresos del negocio se orientó a “salvar” a los clubes vaciados por sus dirigentes. Con todo, los clubes siguen en rojo, y los jugadores (principal ingreso hasta la televisación) se malvenden a empresarios y clubes de países de segundo orden futbolístico como Rusia, México o Emiratos Árabes.

Amateurismo

Sin embargo, el fútbol argentino en los últimos 15 años descolló en las competencias “amateurs”. Ganó cinco de los últimos ocho mundiales juveniles, una medalla olímpica de plata y dos de oro. El acelerado profesionalismo de los juveniles argentinos se debe a que son fogueados desde chicos en la primera división con la intención de valorizarlos y generar nuevos ingresos para los clubes. En los campeonatos juveniles y las olímpiadas, participan jugadores menores de 21 años, mientras que en Argentina esos jugadores son “las grandes esperanzas” para salvarse en Europa debutan a mayor edad en los clubes chicos de sus respectivos países. La contraparte son las selecciones mayores, cuyas principales figuras participan, prácticamente todos, sólo en las cuatro ligas más profesionales del mundo.

Mientras todos codician la dirección técnica del fútbol juvenil (que tuvo en estos 15 años sólo tres directores técnicos), ningún técnico de renombre quiso agarrar la Selección mayor luego de la caída de Basile. La decisión recayó “demagógicamente” en Maradona, un DT carente de experiencia como técnico (apenas unas experiencias desastrosas en Mandiyú y Racing), quien sólo contó con su capacidad de motivación. Ni Bianchi ni Díaz, ni otros “telefoneados” quisieron agarrar el fierro caliente de la Selección, ya que eso implicaba enfrentarse a las diferentes camarillas dirigenciales.

Panqueques vuelta y vuelta

Mientras el periodismo deportivo vinculado con los principales monopolios se encargó de destrozar a Maradona, los periodistas del canal oficial festejaban el carácter popular y acertado de la decisión. Con la clasificación frente a Uruguay y los resultados siguientes se fueron dando vuelta y llenando las interminables horas de programación con elogios esperanzados en una Argentina finalista en Sudáfrica 2010. La paliza recibida frente a la Selección alemana los volvió rápidamente al mundo de la crítica. Sin embargo, pocas voces se escuchan denunciando las atrocidades de la AFA, los negociados y la rapiña dentro de los clubes argentinos que han llevado al fútbol argentino al fondo del pozo.

La descomposición del fútbol viene de la mano de la descomposición capitalista que lo convirtió en un negocio para pocos. El fútbol argentino, al ser uno de los principales exportadores de “materia prima” es punta de lanza de esa crisis.