El diputado nacional del Frente de Todos, Máximo Kirchner, atacó, durante la movilización del 24 de marzo, a los votantes de la Ciudad de Buenos Aires y aseguró que “tienen la tendencia a votar a aquellos que quieren ocultar lo que hizo la dictadura”.

“Esto es llevar el 24 de marzo a todas las calles de la Ciudad de Buenos Aires, que aparte vemos que a veces es una ciudad que tiene tendencia a votar a aquellos que quieren ocultar lo que hizo la dictadura o que te discuten el número de compañeros detenidos desaparecidos y que directamente reivindican el accionar de la dictadura”, manifestó Máximo en ese contexto. Responsabilizar el resultado electoral del Frente de Todos en La Ciudad de Buenos Aires, diciendo que los votantes porteños defienden a la dictadura, es inadmisible.

En principio, es mentira que la Ciudad de Buenos Aires fue gobernada siempre por la derecha. Sin ir más lejos, en su momento fue gobernada por el kirchnerista Aníbal Ibarra, responsable de la corruptela gigantesca que terminó con la tragedia de Cromañón.

Además, Máximo Kirchner se vende como un gran defensor de los derechos humanos pero forma parte de un gobierno que apoyó al indultador Menem, sostiene el represor de Berni como ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires y puso a un genocida como Milani al frente del ejército. Incluso Alicia Kirchner (gobernadora de Santa Cruz) fue funcionaria de la dictadura mientras su familia se enriquecía con la circular 1050 (que permitía la indexación de los créditos hipotecarios por un promedio de tasas de interés, que resultó en que las cuotas se dispararan y numerosos deudores perdieran sus viviendas).

Contrariamente, son los habitantes de la Ciudad de Buenos Aires los que estuvieron a la cabeza de la lucha contra el fallo del 2×1, que permitía una liberación prematura de genocidas, los que hicieron de la Ciudad la cuna de la Ola Verde y los que llevaron adelante, este 24 de marzo, una movilización masiva. La traducción electoral de eso tiene que ver con muchas circunstancias, en parte con los fracasos de quienes gobernaron con Ibarra y que, de esta forma, le abrieron la puerta al macrismo en la Ciudad.

Estas declaraciones del diputado del Frente de Todos se prefiguran como un ataque ideológico infundado a un sector de la ciudadanía, pero que luego se utilizan para justificar medidas contra esa parte de la población. Ya lo vivimos en la pandemia con la quita de la coparticipación alegando que la Ciudad es rica cuando tenemos altísimos niveles de pobreza.

Los dichos de Máximo son propios de alguien que no se siente acompañado en su proyecto político y ataca a los votantes en lugar de ver por qué no lo acompañan. Es una parte del aparato del Estado atacando a la población de un distrito donde se presentaron sistemáticamente a las elecciones y les fue mal, lo que forma parte de un revanchismo repudiable y es un ataque injustificado al pueblo de la Ciudad de Buenos Aires.