Sociedad

13/12/2021

Infanticidio en Neuquén revela el abandono del Estado a las infancias

El gobernador Omar Gutiérrez culpa muy cínicamente a la “responsabilidad social”.

En la mañana del lunes 6 de diciembre un hecho horrendo conmocionó a la provincia de Neuquén. Un padrastro llevó a un niño al hospital pidiendo ayuda. El mismo presentaba golpes en el cuerpo y estaba inconsciente. Se constató una situación de abuso, e inmediatamente el hospital solicitó la intervención de la justicia y el hombre fue detenido.

El niño finalmente falleció, lo que derivó en una protesta y manifestación de bronca por parte de los vecinos del barrio, que incendiaron la vivienda del acusado. El martes 7 de diciembre, el hombre, pareja de la madre y señalado como el autor del crimen, fue sometido a la formulación de cargos y el fiscal del caso dictaminó ocho meses de prisión preventiva por haber cometido el infanticidio y haber abusado sexualmente de la víctima de 2 años.

El caso no hace más que revelar, una vez más, el abandono del Estado hacia las infancias, y las pocas o nulas políticas de intervención y prevención contra esas violencias. Ante la magnitud de la indignación popular, el gobernador Omar Gutiérrez trató de dejar a salvo la responsabilidad de sus funcionarios al declarar, hipócritamente, “llegamos tarde”. En el marco de una conferencia de prensa, junto a su gabinete, trató de zafar además hablando de la “responsabilidad social”, como si a su gobierno y al Estado de conjunto no les cupiera ninguna.

El gobierno culpa “a la sociedad” para desligarse

Es un perversidad lo que afirmó Gutiérrez. Porque si este caso, precisamente, llegó al asesinato luego de golpes y maltratos sistemáticos, es porque todas las instituciones estatales fallaron de manera categórica. Mientras es el propio Estado el responsable de hundir en la pobreza a la niñez y adolescencia, se encarga de garantizar la impunidad de la violencia y los abusos.

Que el gobernador diga que “llegaron tarde” ante un infanticidio, precisamente en una conferencia de prensa donde trazó un balance de resultados de la Línea 148 (de auxilio a víctimas de violencia) afirmando que “se ha hecho mucho, pero falta”, es cuanto menos repudiable.

Pero que a continuación diga que “la sociedad debe perder el temor a hablar, para que luego no se llegue tarde” es directamente lavarse las manos, porque son el Estado y sus instituciones las que deberían detectar “in situ” las situaciones de violencia y no depender de que las víctimas hablen. Porque las víctimas, en primer lugar, son eso; víctimas. Y en la mayoría de los casos, poder poner en palabras las situaciones de violencia o abusos que padecen es un proceso sumamente difícil.

Lo que en buen romance admitió el gobernador es que este Estado capitalista es incapaz de remover los pilares de nuestra opresión, porque necesita de ello para regimentar a toda la clase obrera.
En nuestra provincia, el MPN desde hace 60 años gobierna con la violencia en la mano. Pero hacen permanentemente un acting para maquillar un ajuste que tiene como principales víctimas a las mujeres y las infancias que dicen defender. Rechazamos profundamente entonces la demagogia con la que el gobierno del MPN busca tapar nuestras verdaderas problemáticas y demandas.

Denunciamos a su vez la reducción de fondos para la implementación de la Ley Micaela y la implementación de la ESI en las escuelas, así como el ajuste y el vaciamiento sistemático que realiza el gobierno provincial de la Línea 102 (violencia infantil) con el recorte del presupuesto destinado a los recursos y herramientas para su efectivo funcionamiento, y que afecta a les trabajadores precarizados que se ven impedidos de asistir y realizar el seguimiento adecuado de les niñes en extrema vulnerabilidad y de las causas judiciales que establecen la tenencia de los menores.

Pero esta realidad también se ejerce contra las madres protectoras que no callan y denuncian, que batallan ante la justicia y en las calles contra la revinculación de sus hijes con padres violentos y abusadores que impone el sistema judicial en muchos casos. Es imprescindible seguir por este camino, en las calles, en defensa de las infancias, contra los abusos, con independencia del gobierno nacional de los Fernández como también del MPN, porque, claro está, no les importa la vida de las mujeres y las infancias.