Sociedad

18/11/2010|1155

Las pasteras y un pacto inamovible

A las mismas horas en las que los cancilleres de Argentina y Uruguay sellaban el acuerdo “definitivo” por Botnia, eran citados a declarar diez de los veinticinco asambleístas querellados por el gobierno de CFK por 14 delitos penales a raíz de las acciones de lucha en los últimos tres años y medio.

¿Cómo se logró, en 24 horas, ese acuerdo que varios medios consideraban virtualmente fracasado?

El acuerdo fija un máximo de doce ingresos anuales a la planta, previamente establecidos, contra el criterio de los ambientalistas de un control permanente las 24 horas y los 365 días del año -los controles espaciados dejan abierta la posibilidad de que haya picos de contaminación cuando la empresa esté a salvo de cualquier inspección.

“Durante todo el tiempo en que se extendió el debate (entre los cancilleres), la diferencia radicó en la cantidad y el tipo de controles -informa el diario uruguayo Ultimas Noticias. Mientras Argentina reclamaba la instalación de un sistema de monitoreo constante a través de sensores en 25 estaciones para agua y 18 para aire, Uruguay insistía en 12 controles fijos cada año” (15/11).

El acuerdo determina que la Dirección Nacional de Medio Ambiente de Uruguay, considerada una agencia de Botnia, será la encargada de tomar muestras de los residuos pluviales que la empresa vuelca al río.

Los argentinos que forman parte del comité científico responsable de elaborar la propuesta de monitoreo denunciaron que “los efluentes de la planta son diluidos con agua antes de ser volcados al cauce, un procedimiento que está prohibido por las propias normas uruguayas” (Página/12, 14/11).

El monitoreo deja expresamente fuera del control la flora y fauna de la zona, un punto de daño irreversible que sólo puede ser advertido con un control constante.Se establecen mediciones sobre la calidad del aire, la temperatura y la turbidez del agua en el río Uruguay -algo que ya se venía haciendo- y se acuerda la instalación de doce boyas con almejas -propias de la zona y muy valoradas por su sensibilidad a la contaminación- en el río, para medir su toxicidad. Este punto, al que los funcionarios uruguayos se habrían opuesto en un principio, como a la instalación de sensores en la planta para controlar las emisiones gaseosas -no se dice nada sobre los residuos sólidos- pueden convertirse en letra muerta porque corresponde “evaluar la forma concreta de llevar a la práctica la letra del convenio” (Página/12, 15/11).

El acuerdo, en una de sus omisiones más graves, no considera el control básico de la salud de toda la población expuesta a la contaminación directa de Botnia, sean trabajadores de la fábrica, pobladores o personal de Aduana.

No se va a encontrar una frase que plantee el levantamiento de todas las causas contra los luchadores ambientalistas, porque su persecución forma parte de la política de “Estado” para imponer la “ley” de la contaminación ambiental.

El pacto contaminador entre la Presidenta nac & pop y el Presidente tupamaro lo explicó éste con su habitual contundencia: “Si apretamos el clavo (en el tema del monitoreo ambiental) no queda ni una sola industria” (4/11). A joderse entonces -la salud, o sea la vida, será la variable de ajuste.

La “frutilla del postre” es que el control de las muestras extraídas del río y de la planta estará en manos de un laboratorio internacional elegido de común acuerdo, lo que excluye la opinión de científicos de los países y regiones que son víctimas de la contaminación.

El acuerdo no ha sido dado a conocer, salvo los resúmenes parciales a la prensa. Por eso, “la inquietud que genera ese informe es alta en las dos orillas (y) los datos del relevamiento se manejan con una reserva por demás hermética” (La Nación, 26/10) y que éstos serían comprometedores para la empresa ([email protected], 15/11).

Que se haga conocer el acuerdo y la Asamblea llame a un encuentro nacional de organizaciones sociales y políticas para discutir una posición y un plan de lucha hasta arrancar el monitoreo directo de la producción de la multinacional y todos los puntos reclamados, en primer lugar el levantamiento de todas las causas contra los luchadores de Gualeguaychú.