Sociedad

18/5/2016|1411

Las personas con discapacidades según el capitalismo

Las personas con discapacidades son un gasto para el capitalismo y las prepagas les niegan la cobertura, mientras las obras sociales muchas veces no cubren los tratamientos que les pondrían mejorar la calidad de vida


El cuento “La Madre Especial” de Erma Bombeck (1927-1996) narra cómo imagina que Dios bendice a las madres dándoles un hijo con discapacidades. La realidad es que esa persona mal llamada “discapacitada” no sólo no llegará a ser jugador de fútbol o una bailarina del Bolshoi, sino que deberá superar más barreras que cualquier persona y quizá tenga más frustraciones en la vida.


Es un error etiquetar a alguien que convive con discapacidades como “especial” o “con capacidades diferentes” para no ser discriminatorio porque nosotros también somos seres humanos, por lo cual tenemos derecho a los mismos sentimientos y necesidades que todo el mundo.


Las etiquetas “especial” y “con capacidades diferentes” esconden la quita de la autonomía de las personas con discapacidades con intención de excluirlas, porque no pueden mantener el ritmo de producción en el sistema laboral que requieren las patronales. El trabajador pierde su autonomía no precisamente al ser despedido sino con el sólo hecho de estar regimentado por la burocracia sindical.


En la actualidad no se cumplen las leyes (nacional 22.431 y provincial 10.592) ni el artículo 43 de la Constitución de la Ciudad de Buenos Aires, que obligan a las dependencias del Estado y empresas mixtas a contratar un 4 y un 5 por ciento, respectivamente, de su personal a trabajadores con discapacidades. Corresponde destacar que el impulsor de la modificación del ya mencionado artículo, en 2004, fue el entonces legislador del Partido Obrero Jorge Altamira.


Las personas con discapacidades son un gasto para el capitalismo y las prepagas les niegan la cobertura, mientras las obras sociales muchas veces no cubren los tratamientos que les pondrían mejorar la calidad de vida.


Para obtener cobertura médica por discapacidad se necesita una pensión por invalidez, que permite entrar en el programa Incluir Salud (ex Profe) o, en su defecto, puede tener Pami si alguno de sus padres (o tutores) son jubilados. A esta situación hay que agregarle que la persona que se quiera jubilar por invalidez, en términos generales no puede estar amparado por ningún beneficio asistencial (asignación universal por hijo, por ejemplo) ni disponer de bienes (ni siquiera su familia) y tampoco contar con familiares obligados a su manutención.


En otras palabras: no somos especiales ni tenemos capacidades diferentes, salvo los límites de nuestras discapacidades que nos obligan a entrenarnos desde pequeños para luego poder manejarnos en la vida con mayor facilidad.