Sociedad

26/5/2011|1178

Macri y Moyano se disputan el Club Comunicaciones

El club Comunicaciones, hoy en la mira de poderosos intereses, fue llevado a la quiebra en el año 2000, como consecuencia de pésimas administraciones.

La lucha por llevarse sus tierras la encabezó el Arzobispado de Buenos Aires. Ofreció un precio de remate, 280.000 pesos, por una parte del club, para colocar allí un salón y un altar de la Virgen Desatanudos (con muchos devotos en la zona). Similar intento hicieron los evangelistas, en competencia directa con el Arzobispado.

Los socios se opusieron y entonces llegaron otros interesados. El empresario de espectáculos, Daniel Grinbank, ofreció 10 millones para armar un anfiteatro y organizar recitales. Luego aparecieron Carrefour y el Shopping Alto Palermo, Barrionuevo (cuando controlaba Chacarita) y Hadad. Ahora la disputa es entre Moyano y Macri.

Moyano codicia el club para seguir avanzando sobre el fútbol. Su hijo es el presidente del club de la Mutual de Camioneros, hoy en el “argentino C”. Su yerno maneja Barracas Central. Moyano, además, controla Alvarado de Mar del Plata y tiene fuerte influencia en la “barra brava” y en la directiva de Independiente. “La propuesta de Moyano incluye mantener el funcionamiento del colegio y permitirles a los actuales socios afiliarse a la Mutual para poder seguir usando el club. Pero los socios lo rechazan, porque entienden que la Mutual aportaría 16.000 afiliados y ellos quedarían en minoría en cualquier votación que, por ejemplo, resolviera modificar el estatuto de la asociación” (Clarín, 23 /5). Por ejemplo, si resuelven transformar a Comunicaciones en una sociedad anónima.

En plena campaña electoral, Macri se declara interesado en el “salvataje del Club”. Macri propone rescatar la deuda para usar las instalaciones para las colonias de veranos y los colegios de la zona; pero impone como condición la construcción de un estadio para espectáculos. La “industria del show” aplaude la iniciativa, pero los vecinos de la zona ya se han opuesto a esta salida.

La quiebra del club plantea, en primer lugar, una investigación exhaustiva. A partir de aquí, el interés social dicta la necesidad de un desarrollo deportivo, social y cultural para toda la población de la zona. Una inscripción y cuota de bajo costo permitiría “repoblar” el club (hoy ha quedado con sólo 2.900 socios). Ello, en una zona donde la ausencia de otros espacios verdes o deportivos enriquece a los gimnasios privados o clubes privatizados.

Planteamos una urgente asamblea de la comuna 15, para discutir esta propuesta y un plan de movilización.