Sociedad

18/3/2010|1120

Mujica no recibe a la Asamblea de Gualeguaychú

Contra lo anunciado en su campaña, José Mujica retiró su invitación a la Asamblea de Gualeguaychú para mantener una reunión. Su canciller ratificó que Botnia no se moverá de donde está, y reiteró el pedido al gobierno argentino para que reprima a los asambleístas. Se impone un plan de lucha conjunto de todas las asambleas ambientales.

El presidente uruguayo hizo campaña diciendo que iba recibir a los ambientalistas, pero ahora cambió de idea, fiel a su lema “como te digo una cosa, te digo la otra”

No bien la Asamblea aprobó la concurrencia a la reunión, Mujica retiró la invitación.

¿Qué quiere el gobierno uruguayo?

El canciller del gobierno de Mujica, Luis Almagro, expresó: “Los asambleístas de Gualeguaychú deben ser conscientes de que no pueden pedirle al nuevo presidente que relocalice la planta de celulosa”. Agregó: “el Poder Judicial argentino en algún momento tendría que dictar un auto para levantar el bloqueo de los puentes”. ¿Desea el canciller uruguayo que la Justicia mande a las fuerzas de seguridad a reprimir a los asambleístas?

Por su parte, Mujica ha declarado en un almuerzo con empresarios argentinos que el conflicto por Botnia “es poder pasar el puente”. Respecto de los capitales finlandeses, dijo: “En lugar de sacarlos, nosotros quisiéramos que vinieran muchos más a vivir e invertir en Uruguay” (Pagina/12, 9/2).

También agredió a una periodista oriental diciéndole: “No sabía que defendías a los piqueteros, creía que eras uruguaya”

Urribarri, Mujica y Cristina

Urribarri, refiriéndose a Mujica, dijo públicamente: “Nos unen la historia, los sentimientos y los intereses”. Cuando hablaba de intereses, se refería al corredor del río Uruguay, al dragado del río. El objetivo de la hidrovía es sacar a granel los productos primarios agropecuarios del sur de Brasil y los productos forestales primarios para la gran industria de la celulosa y la pasta misma. Lo describe así la IIRSA (Iniciativa para la integración de la infraestructura regional suramericana).

Otro “interés conjunto” es el de las represas que Uruguay tiene urgencia de concretar con Brasil y Argentina. Son los proyectos hidroeléctricos Roncador y San Carlos.

También Uruguay le reclama a Argentina el desbloqueo de fondos del Mercosur necesarios, para la construcción de la interconexión eléctrica con Brasil.

“A Cristina le urge el voto que necesita de Uruguay  el ex presidente Kirchner para ser secretario general de la Unasur. Voto que le negara Tabaré en dos oportunidades”, dice la asambleísta Lilian Melnik.

¿Y qué podríamos esperar del fallo de la Haya?

La Corte Internacional no va a afectar la propiedad privada, derecho inalienable de la sociedad burguesa. Probablemente aplicará una sanción al gobierno uruguayo por no haber avisado formalmente a su par argentino. Respecto de la contaminación, recordará al Estado uruguayo su obligación de controlar las emisiones de la pastera y, finalmente, recomendará un monitoreo del río Uruguay a cargo de ambos países. En previsión a este resultado, el gobierno uruguayo viene diciendo que para acatar el fallo es necesario acordar con el gobierno argentino.

¿Y el régimen político en su conjunto?

El pueblo uruguayo pierde soberanía sobre los ríos,  los puertos, el agua, y la tierra. Donde se criaban vacas, se producía carne y leche, se sembraban alimentos, ahora hay sólo eucaliptos que consumen el agua del acuífero. Una superficie equivalente a seis departamentos está forestada con pinos y eucaliptos para alimentar a Botnia y otras pasteras.

Con la perspectiva de sacar aún más productos primarios por la hidrovía, ambos gobiernos utilizarán el fallo del tribunal internacional para desactivar la protesta, ilegalizando el bloqueo del puente.

El régimen político cierra filas a favor de los contaminadores. Como lo demuestran los bloqueos al transporte minero en Andalgalá y Tinogasta, crece la resistencia ambiental en todo el país. Se impone, entonces, la realización de un encuentro nacional ambiental con representantes de todas las asambleas para hacer un plan de lucha conjunto.