Sociedad

30/6/2005|906

Racing es de Bin Laden

El día de inicio del juicio a los asesinos de Darío y Maxi en los tribunales de Lomas de Zamora, entre decenas de artistas solidarios que estuvieron en el acampe, se presentó un monólogo del grupo “Brazo largo”, dirigido por Norman Briski, titulado “El Hincha”. Contaba las peripecias de un hincha de Racing que se hizo piquetero ante las injusticias que cometieron con él.


Grande sería el asombro de los demás hinchas de Racing si conocieran el trasfondo de otros “hinchas” ocultos del gran club de Avellaneda y que se han sumado a las huestes de la “Academia” desde la asunción de Blanquiceleste SA.


Después de un tiempo prudencial, finalmente se sabe quiénes son los dueños de Racing. Se trata de dos compañías extranjeras que tienen su sede en los paraísos fiscales de las Islas Vírgenes: la Elmetree Investment Limited y la Bergo Anstalat.


El verdadero dueño de Racing “se llama Mohammed Hussein al Amuidi, un jeque etíope que tiene una fortuna de más de 1.500 millones de dólares y que posee la mayoría de las acciones de Blanquiceleste SA junto a otra sociedad anónima radicada en Europa” (Líbero, 16/5). Según la revisita Forbes, “el nuevo dueño de Racing figura en el puesto 293 entre los hombres más ricos del planeta”.


La hinchada de Racing es famosa por su fidelidad y por su “aguante”, pero todos los hinchas y hasta la misma “Guardia Imperial” deben saber, además, que sus dueños tampoco andan con chiquitas. Veamos: “El jeque hoy dueño de Racing, nació en Etiopía y en 1965 emigró a Arabia Saudita y se hizo ciudadano de ese país, una condición que tras el atentado a las torres gemelas de Nueva York, se convirtió para el jeque en un salvavidas de plomo, porque le significó más de una acusación como presunto financista de la Red Al Qaida de Bin Laden” (Líbero, ídem).


Las barras bravas del “Doke” y del “Morro” también se preguntarán cómo llegó a Racing un hincha más “pesado” que ellos. La respuesta es simple. Estos jeques siguen el derrotero de los grandes negocios internacionales, de los que no están exentos el lavado de dinero y otros negocios oscuros. Los negociados con el fútbol son escandalosos. Una situación similar a la de Racing está ocurriendo con varios clubes del mundo. Hay denuncias muy serias de que la actual reactivación económica de los clubes mexicanos viene de la mano de intereses yanquis; ocurre lo mismo con el Corinthians de Brasil, donde la empresa que lo gerencia y hasta el mismo pase de Tévez están cuestionados por la Justicia de ese pais. Algo similar ocurre con el Chelsea de Inglaterra, en manos de un nuevo rico ruso.


El jeque Al Amuidi llegó a Racing a través de la Fifa, de la mano de Blatter y de Grondona. Fue incluso condecorado por el mismo Joseph Blatter: “El dirigente le entregó la Orden de Mérito por su labor a favor del fútbol etíope (…) Sin su respaldo nunca se hubiera jugado el Mundial sub 20 que se disputó en Argentina” (Líbero, ídem).


El jeque tiene en Argentina varias compañías fantasma que operan en el país a través de la Bergo Anstalat, con fuertes intereses económicos en el Sur. Se trata de Alcalis de la Patagonia SA, Alianza Petrolera Argentina, Distribuidora Química SA, e Industrias Alimenticias Argentinas SA, esta última ubicada en el parque industrial de Pilar. Todas ellas están en situación irregular con la Justicia argentina.


Todas estas empresas están evadiendo las inspecciones, situación que se ha puesto al rojo vivo a raíz de la masacre de Cromañón (cuyos capitales también eran “originarios” de las Islas Vírgenes). Por eso, existe una incertidumbre sobre el futuro de Blanquiceleste SA. La situación se ha tornado grave. “Si no se cumple con la resolución Nº 7 de la Inspección General de Justicia sobre empresas extranjeras —esta semana se cursará una última intimación para que lo haga— podría quitársele la autorización para funcionar en la Argentina y las consecuencias para sus asociadas serían imposibles de prever. Por añadidura, el club gerenciado más importante del país se vería en dificultades” (Líbero, 16/5).


Tenía razón Marín cuando al asumir la dirección de Blanquiceleste SA dijo que sus socios “son muchísimo más poderosos que yo, son señores que no tienen nada que ver con el fútbol”. Para ser precisos, Marín es un personero más de estos capitales mafiosos que explotan cualquier tipo de negocio en la enorme descomposición capitalista mundial.


A millones de trabajadores nos gusta el fútbol, somos hinchas “irracionales” del club que elegimos, el fútbol es parte de nuestras distracciones, pero no dejamos de ver las cosas como son. Las denuncias también educan. Con Racing pasa lo mismo que con miles de empresas capitalistas fantasma que un día son vaciadas dejando muchas veces en la calle a miles de trabajadores. Claro está que este año, con Bin Laden como hincha, si Racing no sale campeón, la cosa va a venir pesada.