Sociedad

27/2/2020

Santa Fe: el crimen de Carlos Orellano

Doce patovicas y dos policías, en la mira del asesinato de un joven metalúrgico.
 

Nuevamente la muerte de un joven salpica a la policía de Santa Fe, a los empresarios de la noche y al gobierno. Carlos Orellano, de 23 años, desapareció el lunes a la madrugada del boliche Ming River, ubicado en la zona del río Paraná. 


Una vigilia de familiares, amigos y compañeros de trabajo de Carlos, empleado metalúrgico de la empresa de electrodomésticos Liliana, empujó la investigación y dos días después encontraron el cuerpo que emergió en el Paraná, a veinte metros del boliche, casi en el lugar donde cayó empujado por una patota de patovicas. 


La familia denuncia como responsable a la seguridad privada de Ming River y la policía que habría avalado la actuación del personal del boliche. Carlos habría pretendido ingresar a la zona VIP sin la pulsera que lo habilitaba, lo que motivo que la seguridad lo sacara a los golpes del boliche, empujándolo al río, donde se ahogó. 


Resulta evidente que este asesinato forma parte del entramado entre las mafias de la noche, las empresas de seguridad y la policía. El papá de Carlos denunció a la comisaría segunda por ocultar que allí se había radicado la denuncia por la desaparición y están reclamando se abran los libros de la comisaría para que se expongan las responsabilidades de este encubrimiento. 


El abogado de la familia, Salvador Vera, denunció que “el boliche es un desastre, no cumple con ninguna de las medidas de seguridad mínima". La denuncia de Vera atestigua que detrás del negocio de la noche el gobierno municipal permite que el lucro de los empresarios se desenvuelva impunemente. Una línea de conducta de los gobiernos que no han movido un dedo para esclarecer los casos como el asesinatodel joven “Pichón” Escobar.


La desaparición de jóvenes en Rosario no es una noticia nueva. Hace cuatro años la ciudad vivió un caso calcado, el de Gerardo Escobar, quien salió a bailar a un conocido “after” de la ciudad y, tras un golpiza de la seguridad privada que le provocó la muerte, fue tirado al Paraná con la complicidad de la policía, quien incluso habría dispuesto del patrullero para efectuar el traslado del cuerpo de Gerardo hasta el rio. 




La lucha contra la impunidad debe apuntar al Estado


Luego del crimen de Carlos, el intendente Pablo Javkin (UCR/frente Progresista) clausuró el boliche. Una medida que solo sirve para revelar todo el tiempo en que Ming funcionó sin ningún tipo de control y el hecho de que todo el circuito de la noche opera siguiendo únicamente las reglas del lucro. La investigación en torno al crimen se hará siguiendo el llamado protocolo Minessotta, pensado para investigar un escenario de un crimen organizado y encubierto por la policía. La responsabilidad del Estado en este crimen es total.


La ley de Emergencia en Santa Fe, que se tratará hoy, tiene como objeto declarar una emergencia en seguridad que no desmantela nada de esta estructura económica criminal, sino que le da más dinero a la misma policía, y suma nuevamente a personal inactivo, en general desplazados por casos de corrupción, gatillo fácil, participación en el narcotráfico. Lo que el presidente Alberto Fernández llamaría “inconductas”. La policía y los grandes grupos económicos están en la base de la pirámide del delito organizado: narcotráfico, trata, contrabando y lavado de activos.


La crisis de inseguridad es inseparable de la impunidad con la que actúan las fuerzas represivas, incluida la “privada” que las patronales compran entre la peor excrecencia. 

En Rosario, la juventud trabajadora no tiene derecho al trabajo ni al ocio. 

Rosario es la capital de la desocupación, con una tasa de desempleo en la juventud en torno al 25%, más alta aún entre las mujeres. La juventud trabajadora lo hace en condiciones de extrema precariedad, como le sucede a los precarizados metalúrgicos del cordón de Ovidio Lagos. Esta juventud violentada en todos sus derechos por las patronales es la misma que tiene que soportar los ataques clasistas de los facinerosos que odian a “los negros de mierda”, a los patovicas que solo responden al poder del dinero.


Desde el Partido Obrero brindamos todo nuestro apoyo a los familiares en este momento difícil. Justicia por Carlos Orellano y juicio y castigo a todos los culpables.