Mariela, contanos tu experiencia

Empecé a militar hace un tiempo en el PC, más precisamente en la Fede. Entré con ganas de encontrar un lugar, un espacio donde expresarme. Con compañeros del Partido Comunista, pero trabajando independientemente del partido, en Barranqueras, formamos el Movimiento de Trabajadores Desocupados de General San Martín. Es decir, un movimiento que agrupaba a distintos sectores con el común denominador de ser todos desocupados, bajo una orientación marxista. Ahí tenemos muchos compañeros jóvenes. Es un movimiento en el que predominantemente hay madres, niñas, niños, pero, sobre todo, juventud.

Yo, que venía de la Fede, tenía ganas de organizar con ellos algo con una orientación más política. Pero empezamos a tener problemas, porque ya es, lamentablemente, una cosa que viene a nivel nacional. El PC está muy burocratizado.

En las líneas superiores hay gente que es el fiel reflejo de la burguesía, o sea que el partido no iba ni para atrás ni para adelante. Lamentablemente, ya no se podía hacer más nada y nosotros queríamos seguir (y seguimos) en la lucha a través de nuestro movimiento, pero sabemos que con el movimiento y con la lucha reivindicativa no alcanza, no hacemos gran parte del camino. Entonces apareció la alternativa del PO y nos sumamos, aun cuando cuesta un poco desprenderse de mucha gente conocida, que piensa como nosotros, que son nuestros afectos, que fueron como nuestra familia durante mucho tiempo.

Lamentablemente, la dirección del partido no nos permitía crecer y en el PO, nosotros encontramos la alternativa, entonces por un lado dejamos con un poco de tristeza el Partido Comunista, pero nos sumamos al Partido Obrero porque sabemos que es sí o sí la alternativa para seguir la lucha. Es sí o sí la alternativa política; sabemos que necesitamos una alternativa política porque es sí o sí el camino para llegar al poder.

¿Qué expectativas tenés en este Congreso, con una participación tan grande de la juventud?

Hay mucha, mucha juventud. Nosotros tenemos todas las ganas de hacer algo.

En el piquete, los jóvenes (particularmente en nuestro movimiento, pero en general la mayoría de la juventud de la provincia) son los que están al frente, son los que “están poniendo el cuero”, como quien dice, porque nosotros queremos un cambio.

A nosotros la policía nos persigue, nos hostiga de una manera cruel.

En nuestra ciudad, Barranqueras, donde la pobreza es predominante, los sectores de miseria y marginalidad son mayoría. Se te obliga a salir a robar o a drogarte. Se te obliga a que salgas con un revólver en la mano a buscarte la vida.

Por eso muchos estamos acá en el congreso, y particularmente con la expectativa de poder formar la juventud del Partido Obrero.

En el camino de construir la juventud del PO, la UJS, ¿cuáles te parecen que deben ser las primeras reivindicaciones?

En primer lugar, un salario mínimo, pero no sólo para chicos de 18 ó 20 años, como pretende el gobierno, porque el chico de 18 ó 20 años quiere trabajar, quiere comer, pero los demás también, el menor también.

Nosotros queremos poder acceder a la escuela, sin restricciones, porque la escuela pública y gratuita no existe. Queremos un lugar de contención de la juventud, somos una juventud muy combativa y estamos dispuestos a dar la vida si es necesario por lo que creemos.

Por todo esto y aunque estamos bien en nuestro movimiento, necesitábamos dar un paso más, y ese paso es el Partido Obrero.

Por ejemplo, en mi ciudad hay todo un cordón industrial de fábricas que están todas abandonadas, que sabemos que pueden estar produciendo en vez de estar paradas. Ahí podríamos estar nosotros, generando fuentes de trabajo.

Te digo la verdad: conozco tantos chicos que tienen que sobrevivir de una manera casi inhumana…, por eso vengo con toda la esperanza, con toda la expectativa para salir a lograr algo para esos chicos.

Lamentablemente, no lo pude lograr en el PC, y no me voy a quedar por eso.