Universidad

11/9/2020

Buenos Aires: los centros de estudiantes y rectorados peronistas, un vehículo para el ajuste universitario

Por la organización independiente y revolucionaria de la juventud para enfrentar el ajuste, la tarea del congreso nacional de la UJS.

Las universidades del conurbano, pese a sus diferencias y sus distintas realidades, presentan características generales comunes. Por ejemplo, una composición estudiantil mayoritariamente trabajadora, graves problemas en cuanto a la oferta horaria y académica, que en muchos lugares tomó forma en crisis de cupos a las materias (Ungs, Unqui), índices masivos de deserción, etc.  Otro rasgo fundamental es que sus rectorados se encuentran alineados bajo las distintas variantes del peronismo. Este rasgo es extensivo a los centros de estudiantes, los cuales mayoritariamente se encuentran alineados bajo direcciones peronistas. Sobre este último rasgo puntualizamos a continuación.

Ajuste

Sin lugar a dudas, las universidades del conurbano son trincheras peronistas. No es casualidad que varios miembros de la cartera educativa hayan sido rectores de estas universidades hasta el año pasado.

La complicidad de estos rectores con el ajuste universitario no es cosa nueva. Durante el macrismo solo salieron a las calles con el objetivo de enterrar el proceso de rebelión universitaria (con el concurso de la burocracia sindical docente) que construimos estudiantes y docentes. Con el ingreso al gobierno del tridente Fernandez-Fernandez-Massa la integración de las universidades al Estado es escandalosa. El elemento más ilustrativo es el apoyo al pacto colonial alcanzado entre Guzmán y los bonistas que sacrifica las necesidades universitarias en nombre del capital financiero, sumado al hecho que el Consejo interuniversitario nacional (CIN) recientemente haya solicitado un presupuesto para el 2021 menor al que le solicitaron a Macri para el 2020, cuando la inflación galopa sin cesar.
El motín policial puso de relieve que para el gobierno nacional pesan más los intereses del aparato represivo que los de la salud, la educación pública y el trabajo. Rápidamente desembolsaron un aumento del 40% del aumento para la policía. Pero la docencia provincial tuvo una paritaria del 0%. Sin embargo, ningún funcionario del ministerio de educación ni ningún rector alzó la voz para poner en agenda la delicada situación del sistema educativo.

El ajuste presupuestario sostenido por el gobierno nacional durante estos 9 meses, sumado a la virtualización forzosa, pusieron encima de la mesa un régimen universitario  sostenido por la precarización y flexibilidad laboral docente, por un lado, y sumamente expulsivo para los estudiantes, por el otro.

Pacto social versión universidad

En su rol de contenedores sociales, los rectores del conurbano agilizaron una maquinaria asistencialista para transitar la pandemia, con vistas a la crisis que se seguirá profundizando. En algunas universidades pusieron en pie becas “extraordinarias” que oscilan entre los $800 y $900 mensuales y no alcanzan ni al 20% de los estudiantes. Por otro lado pusieron en marcha “Fondos solidarios”, como en la Universidad de General Sarmiento (Ungs), la de Lanús (Unla) y la Universidad de José c Paz (Unpaz). Estos “fondos” son sostenidos por trabajadores de la universidad, quienes voluntaria y anónimamente, donan el 1% de sus salarios y el dinero recaudado, mes a mes, se utiliza en compras para comedores o merenderos o para colaborar con alguna situación crítica de algún miembro de la comunidad educativa. Bajo el eufemismo de la solidaridad, las universidades montan cajas paralelas donde, bajo el anonimato, empresarios pueden lavar plata o “colaborar” a cambio de servicios prestados a través de convenios de investigación, pasantías precarizantes, etc. Al mismo tiempo los rectorados, a dedo, junto con la dirección de los centros de estudiantes peronistas, definen a qué comedor se asiste y a cual no. No hace falta aclarar que la plata va a los barrios que se encolumnan detrás de los intendentes amigos.

Tenemos que ser claros. La exhortación de las universidades a la “solidaridad” tiene como fin encubrir la responsabilidad del gobierno, y de los propios rectores en el ajuste en curso. Bajo el manto “solidario” muchas universidades impulsaron voluntariados que consistían en trabajo no remunerado para miles de pibes y pibas que pusieron el cuerpo en la calle, completamente desprotegidos.
Las medidas “asistencialistas” de las universidades no le hacen ni cosquillas a la carestía que vivimos estudiantes trabajadores o hijos de trabajadores.
Para defender la universidad pública y colocar su orientación social bajo las necesidades de la población trabajadora, precisamente, hay que organizarnos de manera independiente al Estado y enfrentar su plan de ajuste, tanto en su cara “neoliberal” o bajo un falso discurso “progresista”.

La cooptación de los centros de estudiantes

En este punto, cobra absoluta centralidad la importancia de los centros de estudiantes y qué dirección política necesitamos para ellos. Bajo la dirección del peronismo, los centros de estudiantes, en esta etapa, han profundizado su integración al Estado. Son parte del esquema de “pacto social” que involucra a la CGT y a las distintas expresiones de la burocracia sindical, en conjunción con la UIA y los sectores capitalistas. Este ordenamiento vuelve a nuestras herramientas de organización sindical estériles para defender la educación pública y cualquier reivindicación importante para la juventud. Desde la juventud universitaria peronista (JUP) hasta los “latinoamericanistas” de Patria Grande, se han encargado de desorganizar y bloquear las instancias de organización que fueron surgiendo en distintas universidades. En algunos casos, como la Universidad de San Martín (Unsam) con la acción de la caldera UJS junto al activismo se logró imponer acciones de lucha a las conducciones peronistas; en otros tantos, parcialmente, lograron imponer un bloqueo a les estudiantes.

El caso de Facundo Castro es esclarecedor para un sector del activismo que conserva expectativas en el kirchnerismo. La defensa de Berni y la bonaerense por parte de Kicillof tiene su correlato concreto en la negativa de los centros de estudiantes peronistas a levantar el Fuera Berni y en movilizar por justicia por Facundo.

Las declaraciones de los centros peronistas por Facundo son vomitivas. Para botón de muestra se encuentran las del centro de la Unla y el de la Ungs. En el primero, plantean que la policía bonaerense lleve adelante la investigación (¡!). En el segundo, además de no mencionar ni a  Berni ni a Kicillof, gastan la mayor parte del comunicado en rescatar el accionar de Alberto Fernández que, según sus palabras, “nos llena de esperanzas para el futuro”.

Una fuerza política incapaz de denunciar a los responsables políticos de la desaparición y el posterior asesinato de un joven, que podría ser cualquier de nosotres, sencillamente no tiene nada progresivo para ofrecerle a la juventud.

El congreso de la UJS: un laboratorio para la organización independiente y revolucionaria de la juventud

El problema de la organización política de la juventud se vuelve central en esta fase. ¿Con quién se tiene que organizar la juventud? ¿Con los que nos ajustan para pagar la deuda externa o con quienes rechazamos el pago de la deuda y enfrentamos el ajuste levantando un programa que parta de nuestras reivindicaciones? ¿Con los que pactan con las iglesias y niegan el derecho al aborto legal seguro y gratuito o con les que nos organizamos en el movimiento de mujeres, no tranzamos con la iglesia y defendemos que el aborto legal seguro y gratuito se implemente ya? ¿Con los que ajustan la universidad pública y son responsables de la deserción record o con quienes denunciamos el ajuste y peleamos por organizarnos para derrotarlo? ¿Con los que luchamos para que se vaya Berni y paguen todos los responsables del asesinato de Facundo o con quienes encubren a nuestros verdugos e incluso los premian con aumentos salariales mientras hambrean a los trabajadores esenciales?

En este debate queremos  interesar a cientos de estudiantes del conurbano, para juntos abrir un rumbo de organización independiente y revolucionaria contra el ajuste del gobierno nacional y provincial. Consideramos que no hay mejor manera de organizarnos que junto a la clase trabajadora, con un programa propio, anticapitalista y socialista, para enterrar definitivamente a este régimen en descomposición que solo nos ofrece ajuste, represión, desempleo y barbarie.

Con esta perspectiva y para seguir construyendo esa organización, vamos al congreso nacional de la UJS. ¡Sumate!