Universidad

13/11/2018

Congreso de la Fuba: el “acuerdo (anti)democrático” del PTS con el kirchnerismo

Presidente de la Fuba

Foto Javier Entrerriano

Culminadas las elecciones de centros de estudiantes en la UBA, quedó delineada una nueva relación de fuerzas en la Federación Universitaria de Buenos Aires. En la distribución de los 130 delegados de la Fuba, las fuerzas nucleadas en torno a la “federación” trucha de Franja Morada y el rector Barbieri retroceden varios casilleros. De los 65 que habían logrado reunir en junio de este año, cuando fraguaron 2 delegados para superar el quórum de 66, las agrupaciones morado-pejotistas del rectorado pasaron a tener solo 59. De los 7 centros de estudiantes que habían lanzado la “Fuba” fraudulenta, solo quedan 4.


En la vereda de enfrente, la UJS se consolidó como la principal agrupación opositora al macrismo y al rectorado de la UBA, reuniendo 24 delegados y ganando la presidencia de Medicina, con lo que totalizamos cuatro presidencias de centros (una compartida con el PTS). La izquierda en su conjunto podría formar un bloque de 30 delegados, si sumamos los 5 del PTS y el delegado de Izquierda Socialista. Detrás de la UJS aparece la Mella, con alrededor de 14 delegados y otras cuatro presidencias, aunque en este caso la mayoría son compartidas con otras fuerzas. Luego vienen La Cámpora con 7, Nuevo Encuentro con 5 y otras agrupaciones nacionalistas que tienen 1, 2 o 3 delegados.


Este es el panorama objetivo que surge de las elecciones donde votaron más de 80 mil estudiantes en las trece facultades de la UBA y sedes del CBC. Frente a este cuadro, la UJS formuló una política para golpear a los agentes del macrismo y el rectorado y terminar de enterrar su “Fuba” trucha (ver nota). Entendemos que ese es el mandato que emerge de las derrotas de Nuevo Espacio en Medicina, la UES en Sociales y el LAI en Agronomía. Lo que proponemos es un acuerdo para formar una lista mayoritaria, que para superar los 59 delegados morado-pejotistas debe reunir a toda la oposición.


Una lista de este tipo, dijimos, naturalmente representaría un acuerdo precario entre corrientes con estrategias políticas antagónicas. De un lado, la izquierda que pelea por organizar a la juventud por un gobierno de la clase obrera; del otro, el nacionalismo pequeño burgués que va a remolque de CFK y el Vaticano. La nueva dirección de la Fuba, de este modo, reflejaría las contradicciones reales que atraviesan al movimiento estudiantil en esta etapa. Las acciones y los posicionamientos de la Fuba se dirimirían en los organismos democráticos de la federación, que surgen de la proporción de presidencias de centros y delegados que reúne cada fuerza y que deberían reunirse de forma pública y regular.


Añadimos, por último, el compromiso de convocar a un Congreso Extraordinario de la Fuba a comienzos del ciclo lectivo del año que viene, precedido por asambleas en todas las facultades. De esta forma, los propios estudiantes serán convocados a intervenir en el destino de su federación, reforzando su organización independiente y asegurando un rumbo de lucha en defensa de las reivindicaciones de la universidad y de todas las causas obreras y populares.


Retroceso y falso basismo


Ni bien la UJS hizo pública su postura, diferentes dirigentes del PTS salieron al cruce por las redes sociales. Guillo Pistonesi, por ejemplo, tuiteó: “¿Por qué la Franja es peor que los K?”, pretendiendo ignorar al movimiento estudiantil que se levantó contra el macrismo y que en algunas facultades optó por listas integradas por los K para desplazar a los agentes directos del gobierno y el rectorado. En el mismo sentido, Pistonesi insistió: “ni listas ni pactos con corrientes burguesas”. Llevada hasta el final, esta política implicaba facilitar un triunfo de la Franja en la Fuba… ¡justo cuando su bloque retrocede en los centros de estudiantes!


Pero contradiciendo a Pistonesi, un extenso artículo de la Izquierda Diario retrocede en chancletas de esta postura “ni-ni” pro Morada. Dos citas de León Trotsky son utilizadas para justificar una voltereta de 180 grados y plantear un “acuerdo democrático” con el kirchnerismo. Citamos textual: “En un eventual congreso, la juventud del PTS se opone a hacer listas comunes con La Cámpora y La Mella. Pero sí impulsaríamos un acuerdo democrático (que no puede ser más que momentáneo y por ese único punto) con quienes quieran transformar la federación y derrotar a la Franja Morada y su política, con la fuerza del movimiento estudiantil y de mujeres para iniciar un proceso estatuyente basado en asambleas y debates abiertos y democráticos” (LID, 12/11).


¿En qué quedamos entonces? ¿Son válidos o no los pactos con corrientes burguesas? Forzado a formular una política concreta respecto a la Fuba, el PTS se inclina por un acuerdo con los K para “derrotar a Franja Morada y su política”, no sin dejar de embellecer al kirchnerismo al presentarlo como una fuerza “reformista” (sic) o “democrática”. La salida, de acuerdo a este artículo, sería disolver la representación recién electa, los 130 delegados y las 13 presidencias de centros, para iniciar una “transformación de la federación” que se basaría en “asambleas”.


Este giro al basismo, que el PTS propone acordar con La Cámpora y cía, no deja de llamar la atención de un partido que se dice trotskista. En nuestro país hay antecedentes de corrientes que se opusieron a la votación de delegados y la conformación de organizaciones centralizadas, pero para ello hay que remontarse a los anarquistas “anti-organizadores” de principios del siglo XX. El marxismo, del cual el trotskismo es simplemente continuador, saldó cuentas con el anarquismo en los orígenes de la primera internacional.


La “propuesta” del PTS es poco seria. En Filosofía y Letras, el PTS copreside el centro y, por lo que creemos, no plantea disolver ese cargo ni a la Comisión Directiva del CEFyL, que al igual que el Congreso de la Fuba funciona con una representación que se deriva proporcionalmente de los votos estudiantiles. Incluso, ¡hasta el propio PTS realiza congresos partidarios que funcionan con delegados electos! Y en esos congresos los delegados votan un comité central (¡qué pecado!). Ninguna asamblea, por más numerosa que sea, podría ser más representativa que el voto de 80 mil estudiantes y ejercer como tal la dirección de la federación. Los bolcheviques instauraron la república de los soviets, que también funcionaban con delegados elegidos por los obreros y campesinos. Se trata de un método elemental. Un mal pensado podría creer que esta postura “anti-delegados” está relacionada con la exigua representación que las urnas le otorgaron al PTS.


Vamos por la derrota del gobierno en la Fuba


Volviendo al punto, insistimos en la necesidad de convocar en las próximas semanas a un congreso de delegados de la Fuba para allí derrotar a las fuerzas del gobierno y el rector Barbieri. Abstenernos de dar ese golpe, para hacer un “acuerdo (anti)democrático” con el kirchnerismo y habilitar la aventura basista que propone el PTS sería regalarle en bandeja a Franja Morada la posibilidad de recomponerse a través de una nueva ofensiva política y judicial contra este intento de disolver la representación estudiantil recién electa. Nos colocaríamos en una situación de extrema vulnerabilidad.


Llamamos al PTS a abandonar los fuegos de artificio. El sabotaje a la Fuba que esta corriente practica sin solución de continuidad desde el 2001 a la fecha debe terminar. La experiencia de estos años da cuenta de diferentes camadas de activistas que junto a la UJS lograron defender la independencia de la Fuba respecto a todos los gobiernos y rectorados de turno y convertirla en una herramienta de lucha por los intereses de la juventud, las mujeres y los trabajadores. Convocamos a los 5 delegados del PTS a integrar una lista que derrote al macrismo en la Fuba y potencie la nueva etapa política que la ola verde y la rebelión educativa iniciaron en el movimiento estudiantil.