Los docentes y estudiantes de la UNC marchamos por salarios y toda una agenda de problemas sin resolver, formulada después de las jornadas de agosto-septiembre de 2005.

 

Ni la lluvia, ni el silencio de los llamados centros de estudiantes opositores impidieron que la tendencia a retomar la lucha se expresara en las calles con una movilización de más de 600 compañeros. Y que, por otro lado, se viene expresando en las jornadas de paro docentes, en las “escaramuzas” estudiantiles (Ciencias Exactas, Arquitectura, Derecho, Cine, etc.) y el accionar de los No Docentes — con asambleas y concentraciones — ante la aprobación del nuevo convenio negrero del CIN y Fatun (Federación No Docente). Es que en este año electoral de la UNC, las camarillas están preocupadas por mantener el statu quo, para garantizar los negocios y la continuidad institucional. Es decir, evitar el “efecto UBA”.

 

Es preciso avanzar en torno a una perspectiva de salida del conjunto de los problemas de los trabajadores universitarios y el estudiantado, es decir expulsar a las camarillas universitarias kirchneristas de los órganos de gobierno de las escuelas, las facultades y la Universidad; también de las organizaciones gremiales, para, sobre la base de las necesidades de los trabajadores universitarios y el estudiantado, refundar una UNC gobernada por trabajadores y estudiantes.