Cortar los “frutos” cuando están podridos

La Facultad de Medicina estuvo tomada durante una semana en oposición a un plan de correlatividades y condiciones de asistencia que dejaría sin cursar a 1.700 estudiantes, cancela la matrícula de otros cientos y coloca a la mayoría “al filo de la navaja”.


El 29 de marzo pasado una movilización de mil estudiantes había forzado una votación del Consejo Superior de la Universidad, que suspendía las resoluciones del Decano “hasta que se apruebe un plan de estudios”. Fue una maniobra. Cuando el decano y su trenza profesoral así lo hicieron, dejaron en pie las disposiciones limitacionistas.


Cuando el rector radical, Lima, avaló esta barrida en masa de estudiantes, los de medicina, en asamblea y con la oposición de la Franja, que dirige el centro, votaron tomar la facultad.


La toma paralizó las clases y creó un clima de efervescencia y movilización en todo el estudiantado platense. Asambleas en todas las facultades votaron la solidaridad con la lucha de medicina y los estudiantes rodearon masivamente la facultad tomada. La propia toma fue endureciéndose con el correr de los días, con la organización de piquetes, control riguroso del acceso, etc. La popularidad de la toma expresa un fenómeno político más general: la camarilla del decano de Medicina, el menemista Frutos, está estrechamente ligada a la medicina privada en La Plata y es odiada por los no docentes.


¿Victoria o maniobra para desmovilizar?


La toma fue levantada el martes 24, cuando la movilización estudiantil crecía, sobre la base de una “solución” tramposa armada cuidadosamente entre Franja y el rectorado. El rector y el Consejo Superior adoptaron una salida “salomónica” que de tal no tiene nada: exigió a los estudiantes el desalojo y al decano menemista de Medicina el “cumplimiento” de aquella resolución del 29 de marzo que el decano menemista declara haber cumplido. La derogación lisa y llana de las correlatividades y las condiciones limitacionistas para seguir cursando, que era el objetivo de la toma, no figuró por ningún lado.


Todas las corrientes, con excepción de la UJS, se adaptaron a la maniobra franjista (esto vale para ECO, un desprendimiento franjista, el Ptp y el Pts).


La UJS planteó y luchó en todas las asambleas de facultad y en la Interfacultades por el paro activo estudiantil para que Medicina triunfe, moción que fue ganando peso a medida que el conflicto se desarrollaba. Frente al desenlace, alertó en un volante sobre la “bicicleta” que se preparaba: “el Superior resuelve aparentemente a favor, la Franja festeja el triunfo, la movilización se diluye, Frutos ejecuta sus medidas y el Superior se hace el chancho rengo”.


Las correlatividades no han sido suspendidas, Frutos ya declaró que no piensa dar marcha atrás. El conflicto sigue abierto y está planteado retomar el movimiento de lucha hasta que Frutos retroceda, todos los afectados puedan cursar y se deroguen definitivamente las medidas limitacionistas. Este será el primer paso para expulsar a los “frutos” podridos del menemismo de la Universidad.