Universidad

7/8/2021

“Crear dos, tres, muchas universidades” ¿es defender la educación pública?

Sobre un reciente artículo publicado en Pagina 12 que pretende enaltecer la política universitaria de Fernandez-Trotta.

Nicolás Trotta y Jaime Perczyk, secretario de políticas universitarias.

Hace pocos días, Página 12 publicó un artículo titulado Crear dos, tres, muchas universidades públicas (5/08/21). El mismo indica que está avanzando en la Comisión de Educación del Congreso nacional los proyectos para crear universidades en Tigre, Pilar, Cañuelas, Saladillo y nacionalizar la que funciona en Ezeiza. El eje del asunto para el articulista es polemizar con los 4 años de gestión macrista en materia educativa y enaltecer la política del gobierno actual.

Sin dudas, el macrismo intentó arrasar con la educación pública y con la universidad en particular a partir de presupuestos bajísimos e incluso de intentar aplicar reformas antieducativas. El movimiento estudiantil lo enfrentó masivamente en las calles, primero en el 2016 y luego en el 2018 en pleno ajuste fondomonetarista. Pero ¿Qué política educativa lleva adelante el gobierno de Fernández-Trotta?

Fernandez-Trotta: la educación al servicio del ajuste

Es claro que la orientación predominante es la del ajuste. El presupuesto universitario de los dos primeros años de gobierno no recompuso los problemas que dejó el macrismo sino que los profundizo con el agravante de la pandemia que, gracias a la austeridad del Ministerio de Trotta, se llevó por delante a más del 30% de les jóvenes que cursan, dejando números récords en materia de deserción universitaria. Trotta no da respuesta al reclamo masivo de miles de pibes y pibas que reclaman compu y wifi para poder seguir cursando como lo puso de manifiesto el acampe con más de 10 mil jóvenes que protagonizaron las juventudes piqueteras recientemente. Al mismo tiempo, frente a la carestía, el desempleo, la precarización laboral y la inflación que se come los salarios, la beca Progresar -restringida en su alcance- cuyo monto es menos de $2.500 mensuales es verdaderamente una miseria. Mínimo su monto debe ser de $15.000 y su alcance universal.

Solo por estos datos irrefutables podemos afirmar que la política educativa de los Fernández, al contrario de lo que sostiene el artículo de marras, no tiene nada que festejar. De hecho, no sería descabellado pensar que el anuncio de la creación de nuevas universidades en territorio bonaerense son fuegos de artificio electoral. Pura demagogia para intentar enamorar a la juventud nuevamente.

Sin embargo queremos destacar que la creación de universidades no significa defender la educación pública, y que éstas pueden funcionar como la fachada progre de negociados capitalistas entre el gobierno, los municipios y las empresas, que se sostienen sobre la precarización laboral docente y no docente y terminan siendo expulsivas para les estudiantes perpetuando un régimen meritocrático.

Creación de universidades

Según detalla Página, la creación de estas universidades tienen entre sus principales interesados a los intendentes, a los empresarios que operan en los distritos elegidos y al cuerpo de rectores nacionales representados en el Consejo Interuniversitario Nacional.

El CIN argumenta que las universidades del conurbano son claves para que les jóvenes de familias obreras accedan a la universidad siendo primera generación. Eso es cierto, pero lo que el CIN oculta es que por las medidas de ajuste que ellos aprueban a dos manos, como es el presupuesto nacional, convenios con empresas, etc., son esos jóvenes trabajadores e hijos de trabajadores los que se quedan afuera masivamente de las cursadas. Logran ingresar a la universidad pero no pueden permanecer en ellas producto de las políticas expulsivas del régimen capitalista.

El CIN frente a esta realidad incontestable se tapan los ojos y los oídos. Lo que en realidad les interesa es engrosar su propio poder en términos presupuestarios y también en extensión territorial. La creación de universidades, entre otras cosas, significa nuevas cajas para las camarillas universitarias, acuerdos con grupos empresariales, con punteros distritales, etc.: el famoso autofinanciamiento que promueve la Coneau.

Los propios rectores y rectoras reconocen que las universidades en la provincia de Buenos Aires son muy importantes para el desarrollo territorial y que tienen que tener un claro rasgo productivo. ¿Qué quiere decir esto? Que las universidades deben funcionar a la medida de los negociados de la región en la que se construyen. Mercantilismo puro. Pero, además, ¿Cuál es el mercado en cuestión? Naturalmente hablamos de un mercado productivo repleto de trabajo precario para la juventud capacitada y no capacitada. Las universidades bajo este concepto funcionan como una fábrica de mano de obra barata para los capitalistas amigos de los intendentes, armando convenios que tienen como fin que les estudiantes laburen a cambio de dos monedas en las famosas pasantías que son presentadas como algo positivo pero que en realidad esconden un enorme usufructo por parte de los empresarios de la creatividad y producción de les jóvenes.

Es muy significativo que Federico Achával esté tan entusiasmado con la creación de la universidad. “Es un sueño de la comunidad que está cerca de concretarse para que nuestros jóvenes e hijos de trabajadores tengan la posibilidad de trabajar y estudiar en el mismo distrito”, planteó. Es verdaderamente indignante el cinismo del intendente. En Pilar funciona el Terciario 51 donde cursan más de mil jóvenes, y su centro de estudiantes combativo con la agrupación EEPA a la cabeza pelea incansablemente en defensa del mismo contra las políticas de ajuste del Estado y de Achával. El municipio de Pilar pijotea hasta en la cantidad de fotocopias gratuitas que el centro logró conquistar, no tiene políticas de becas, no da respuesta a los problemas de conectividad, pese a que el centro reclama por compus y conectividad. Ni siquiera es capaz de garantizar una cursada en condiciones: el 51 no tiene edificio propio y, para colmo, el terreno donde desde el municipio prometieron construir el edificio resulta que será para la creación de la nueva universidad. A Achával no le importa la educación de les jóvenes pilarenses, le importa hacer negocios con los empresarios del Parque y generar nuevas cajas negras en su municipio: “Pilar tiene el parque industrial más grande del país y con la universidad tendrá aún más un perfil productivo e industrial”, ¿queda claro?

La importancia de luchar

En conclusión, la creación de nuevas universidades no es sinónimo de tener un programa educativo basado en los intereses colectivos de la sociedad. Quienes luchan desde hace décadas defendiendo la educación no son los gobiernos capitalistas, sino nuestro movimiento estudiantil que tiene una enorme historia de lucha y un enorme presente. Si la educación universitaria del país goza del prestigio que tiene se debe a la lucha sistemática de estudiantes y docentes contra los planes de ajuste y los intentos de privatizarla. Profundizar esa organización poniendo en pie centros de estudiantes en donde no haya, y recuperándolos en donde existen pero se encuentran bajo el control de la derecha o el peronismo, es elemental en esta pelea.

La apertura de nuevas universidades es un elemento positivo cuando significa la ampliación progresiva del universo de materias, carreras y orientaciones, cuando logra introducir a nuevas franjas de trabajadores e hijes de trabajadores a la vida universitaria, y con una política presupuestaria competente y estrategias adecuadas se consigue que quienes lo elijan puedan continuar su cursada hasta recibirse, y luego los espere un mercado laboral apto y no el desempleo o la precarización.

Para que eso ocurra se necesita poner a la educación al servicio de un plan integral de transformación social, de desarrollo productivo, tecnológico y científico en función de las necesidades de las mayorías populares y no de los grupos capitalistas. Se necesita romper con el FMI, dejar de pagar la deuda externa y poner en marcha un plan económico, político y social dirigido, gestionado y ejecutado por un gobierno de trabajadores y trabajadoras.