Universidad

10/5/2001|705

Declaremos a la FUBA y a los centros en estado de asamblea


Una investigación de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires ha comprobado que los planes Trabajar de la ciudad no iban a los desocupados sino a financiar el aparato universitario de la Unión Cívica Radical. El nivel del robo supera los 2 millones de pesos que conformaban el presupuesto del plan Nuevos Roles Laborales.


La Franja Morada había organizado una verdadera asociación ilícita. Presentaba ONGs truchas, con proyectos y bneficiarios igualmente truchos, que no eran desocupados sino miembros de su agrupación. Los involucrados alcanzan el más alto nivel. De Maya, ex presidente de la Fuba, tenía su ONG y era uno de los beneficiarios, junto con decenas de militantes radicales de la UBA. Un dirigente de la Franja de Filosofía y Letras también tenía una ONG, de la cual cobraban, entre otros, Nicolás Simone, consejero superior de la UBA, y parte de su familia. Una de las ONGs, por ejemplo, tenía como dirección Formosa 114, donde está el más que conocido local shuberoffista de la UCR.


La complicidad de la UCR es total. Los decanos, por ejemplo, según denunció la defensora del Pueblo, se niegan a entregar los padrones para poder cruzar la lista de beneficiarios con la de los padrones estudiantiles. Esa negativa, claro, viene de la certeza que una investigación en todas las facultades demostraría que los planes robados superan los mil.


Otro escándalo y…


Casi al mismo tiempo que se conoció esta denuncia estalló otro escándalo, que involucra al Consejo Directivo y al Frepaso de la Facultad de Ciencias Sociales. Por medio de la Secretaría de Extensión, el Frepaso montó una cooperativa en un barrio de Lanús. Entregaban a los desocupados, miembros de la cooperativa, un subsidio de 200 pesos y los obligaban a devolver 100. Formalmente, debían servir para comprar los elementos de la cooperativa, pero en realidad iban a una cuenta de un dirigente del Frepaso de la facultad.


No cabe duda que los casos que ahora han salido a la luz son sólo una pequeña parte de los desfalcos que cotidianamente se realizan contra el presupuesto universitario y con los fondos de los centros de estudiantes. ¿Quién maneja, por ejemplo, los fondos recaudados mediante la venta de apuntes en las facultades y en el CBC? ¿Quién autoriza a la Fuba a realizar acuerdos con la banca o con empresas de turismo para vender tarjetas de crédito y paquetes de viaje? ¿Quién controla el presupuesto de las facultades y los acuerdos de venta de servicios con grandes empresas como Telecom y Telefónica? ¿O el presupuesto del Rectorado, que se lleva casi el 20% del presupuesto total de la UBA aunque no tiene docentes ni estudiantes a cargo?


Adjudicar la actual situación a deshonestidades personales sería un error. Estamos frente a una camarilla, que hace su “diferencia” con las migajas que deja el proceso privatista de la universidad. Su entrelazamiento con los capitalistas ha llegado a un nivel del que no hay retorno. Abarca acuerdos con el Banco Mundial, con fundaciones privadas y con grandes grupos capitalistas, de los que son sus comisionistas.


Que se vayan Shuberoff y su camarilla


La conducta del aparato radical y frepasista de la UBA alimenta la campaña derechista contra las conquistas de la universidad pública y es funcional a la política privatizadora de Cavallo-Delich.


Los mismos que roban parte del presupuesto están despidiendo docentes en facultades como Psicología o Ciencias Sociales. O poniendo cupos en la inscripción a las materias alegando que falta presupuesto para abrir cursos nuevos y nombrar a los docentes que se necesitan. Esta política de Shuberoff y Franja Morada, claro, no es nueva, pero ahora ha llegado a un situación intolerable. Frente a la ofensiva del gobierno para privatizar la universidad tenemos que sacarnos de encima este lastre y darnos una dirección de lucha.


Hay que declarar a la Fuba y a los centros de estudiantes en estado de asamblea. La renuncia de las direcciones debe ser puesta a disposición del movimiento estudiantil, y que éste debata una reorganización de sus organizaciones para que sirvan al impulso de las luchas, no como elementos de desprestigio y de parálisis del movimiento estudiantil. De esta manera planteamos una movilización de los estudiantes para que se debata la política y la organización del movimiento estudiantil y las iniciativas de lucha necesarias para hacer frente a Cavallo-Delich. Que se declare el estado de asamblea para revalidar a las direcciones y buscar mandatos para una restructuración general de la Fuba y de la propia universidad en su conjunto. Que se vaya el rector. Debemos darnos una nueva dirección de lucha, que se una a la defensa de los intereses de los trabajadores y a sus luchas.