El empantanamiento en que se ha sumido el Consejo Consultivo de la Escuela de Ciencias de la Información para elegir al nuevo director de la carrera dejó establecidas dos claras tendencias. Una es la de la lucha por la elección directa que se llevará a cabo el 16 de octubre, para la cual se vienen realizando marchas, asambleas y se preparan jornadas con cortes de calle y clases públicas. La otra consiste en una maniobra del actual director, Ulises Oliva, para realizar una “elección directa ponderada” el 23 de octubre, con voto proporcional por claustros (50% para el docente, 33,3% para el estudiantil, 11,11% para el de egresados y 5,56 para el no docente). Este “nuevo” mecanismo no haría más que dejar las cosas como están, ya que no sólo se excluye a la amplia masa estudiantil sino también a la mayoría de los docentes que trabajan con cargos de auxiliares, jefes de trabajos prácticos, etc.

El Mst-La Marea se anotó en las dos alternativas. En una asamblea docente, votó y festejó junto a Ulises Oliva contra los 22 profesores que defendían el “uno a uno”. Mientras tanto, levantan la mano y participan en las asambleas y comisiones donde los estudiantes estamos peleando por las verdaderas directas.

Pero esto no es más que un pequeño capítulo de la ambivalencia política del Mst-La Marea.

En un documento – que aún no se animan a hacer del todo público – vuelven a insistir: “apoyamos la candidatura de Ulises Oliva para otro período al frente de la ECI”. De manera descarada consideran como simple “error político” el hecho de que el director haya cobrado un arancel de 20 pesos a los ingresantes, que se haya implementado el famoso negociazo de la “educación a distancia”, o que se hayan hecho “desaparecer” los aportes jubilatorios del personal de la Escuela, entre otras cosas. Y van muchísimo más allá cuando, usando las mismas excusas de todos los privatizadores como González o Yanzi Ferreira, plantean que es necesaria la generación de “recursos propios” ya que “sin éstos la ECI se cierra…, deben servir para mantenerla abierta, y pretender más que esto puede hacernos caer en nuevos errores”.

Pero el único “error” de Ulises Oliva es el de ser un privatizador encubierto tras un discurso “progresista”. Por eso defiende con uñas y dientes la prehistórica “elección ponderada”.

Los estudiantes y docentes que estamos por las directas debemos trabajar en común para imponerlas, para echar a Ulises Oliva y para que efectivamente “se vayan todos”.

La Marea-Mst está con un privatizador y, por el momento, se ubica en la vereda de enfrente de un nuevo Argentinazo.