El presente como historia

Consejero estudiantil de Sociología

Tal como lo ha votado una asamblea interclaustros masiva, la carrera de Sociología se dispone a elegir de manera directa, para fines del mes de junio, a su director, quebrando los mecanismos antidemocráticos que rigen el conjunto de las facultades y universidades del país, donde el voto de los profesores titulares equivale al de 40 estudiantes o más. Este método de representación es el que permitió perpetuar a Shuberoff durante 16 años como rector de la UBA, sobre la base de “roscas” y prebendas con las camarillas profesorales, beneficiarias directas del arancel y la privatización. Es el que permite ahora que un confeso privatista, Jaim Echeverry, se encuentre a la cabeza de la UBA.

 

El derrumbe del aparato radical-frepasista

 

Las elecciones del año pasado en la facultad expresaron, con antelación, la crisis terminal del gobierno de la Alianza. Sus listas estudiantiles recibieron el apoyo de apenas el 11% de los estudiantes, la UJS conquistó la Secretaría General del Centro de Estudiantes. En el caso de Sociología, Franja Morada no fue capaz siquiera de presentar los cuatro candidatos necesarios; la UJS logró un consejero de la carrera.

 

El decano frepasista Malimacci fue derrotado y tuvo que irse envuelto en un escándalo que lo vio involucrado en una estafa con planes trabajar a desocupados de un barrio de Lanús; hoy se encuentra trabajando en el Rectorado como operador político de Jaim Echeverry.

 

Este proceso es la respuesta contundente y de contenido revolucionario del movimiento de lucha en la facultad: se da en un cuadro de colapso en Sociales, donde alrededor del 40% de los docentes trabajan ad-honorem, no se pagan los servicios, se cursa bajo condiciones edilicias insoportables que violan todas las normas elementales de salubridad y que golpean, incluso, sobre el rendimiento académico de los estudiantes, cuyo promedio general descendió de 6,9 a 6,1 en apenas 5 años.

 

¡Que se vayan todos!

 

De la misma manera que los mecanismos de representación arcaicos que rigen en las universidades nacionales permiten colocar en su cabeza a agentes de la privatización y los planes del Banco Mundial; la ruptura de los mismos debe dar pie a que se vayan todos para elegir de manera democrática a autoridades que se pongan a la cabeza de la lucha en defensa de la universidad pública, poniendo al movimiento universitario en la calle contra el gobierno de Duhalde y el FMI.

 

En momentos en que se ha abierto en el país una situación revolucionaria, el movimiento universitario está llamado a ser uno de los protagonistas en el desenlace de la crisis para que los trabajadores demos una salida propia, de alcances históricos.

 

En Sociales, estamos escribiendo un capítulo.