Universidad

27/11/2018

El PTS repite los argumentos de Infobae contra la FUBA

El desbarranque final de una política al margen del movimiento estudiantil.

Foto: Javi Entrerriano

El último artículo del PTS sobre la FUBA falsea la realidad y repite uno a uno los argumentos de Feinman y Yacobitti. En verdad, no merecería respuesta alguna, salvo por la función educativa que puede tener seguir el camino que llevó al PTS hasta acá.


Recapitulemos


En ocasión del golpe del rectorado, La Izquierda Diario publicó un extenso artículo cuya tesis central era “el fracaso estratégico de los frentes anti Franja” (LID 6/7). El artículo de LID colocaba el frente que permitió recuperar la FUBA en 2001 como una especie de pecado original que dio lugar a una “estrategia de frentes con corrientes reformistas, con el único fin de evitar que Franja Morada recupere la conducción de la Federación”. El golpe de junio era tomado por el PTS como la demostración de que esa política había fracasado y como salida nos proponían impulsar “un agrupamiento con el único compromiso de iniciar un proceso estatuyente y separar totalmente la administración de los “servicios””.


El planteo, para ser justos, no tenía nada de nuevo. Es lo mismo que viene repitiendo el PTS hace dos décadas ante cada Congreso de la FUBA, sin importar lo que ocurra en el país y en la universidad. Hubo una rebelión popular, el ascenso del movimiento piquetero, la gran huelga docente de 2005, la lucha por la democratización, la crisis del campo, el asesinato de Mariano, la cooptación K de sectores de la juventud, el triunfo de Macri, pero para el PTS el problema de la FUBA era siempre el mismo: “el estatuto de Franja Morada”. El tema carece de materialidad, porque el estatuto de la FUBA no es un problema para ningún estudiante, jamás obstaculizó que la Federación convoque congresos abiertos, asambleas interfacultades o comisiones, ni limitó su capacidad de acción en algún punto. Más aún, en 17 años de repetir que “hay que reformar el estatuto”, jamás le escuchamos al PTS una crítica concreta al estatuto actual de la Federación.


Presos de un método antimarxista


Si estuviéramos ante un grupo con un mínimo grado de seriedad, el PTS tendría que haber hecho campaña en las elecciones de centros de estudiantes por su “estatuyente” y haber “pateado el tablero” respecto a los servicios (al menos en el CEFYL dónde copresiden el centro). Naturalmente que nada de esto ocurrió, lo cual demuestra lo que ya todos sabíamos: que el estatuto de la FUBA no le importa a nadie, ni siquiera al PTS, para quien no es más que una excusa todoterreno para mantenerse al margen de todas las batallas por defender una federación independiente y de lucha. Recordemos que en 2009, el PO ganó en soledad la conducción de la FUBA, y tampoco entonces el PTS accedió formar parte de la Federación.


El drama del PTS es que en lugar de caracterizar a la FUBA en relación de las tareas del movimiento estudiantil, que sería la forma de proceder de un marxista, lo hace en función de un problema abstracto que sólo existe en su cabeza. Cómo en última instancia, el PTS es consciente de esto, jamás hizo campaña en una facultad por la “estatuyente de la FUBA” ni mucho menos planteó algo similar para los centros de estudiantes. Finalmente, para insistir con la “estatuyente”, el PTS no tiene más remedio que desconocer las elecciones, ya que en las mismas obviamente nadie discutió sobre el estatuto de la FUBA. En última instancia, como el tema no tiene ningún anclaje en la realidad, es propicio para delimitar los campos como a uno se le ocurra y para justificar cualquier política.


Habiendo perdido la brújula, el PTS termina repitiendo las infamias de la derecha. El PTS miente cuando dice que hace siete años el PO y La Mella eliminaron los congresos de la FUBA y ponen los presidentes a dedo. El último Congreso con quórum fue en 2013 y allí fue electo Julián Asiner como presidente de la FUBA. Si desde entonces no se pudieron renovar autoridades no fue porque la conducción no convocó al Congreso sino porque las fuerzas del rectorado (y muchas veces con la colaboración del kirchnerismo) le quitaron el quórum. El PTS absuelve a La Cámpora de su boicot a la organización estudiantil, y después de tanta sanata sobre el estatuto de Franja Morada, termina repitiendo el argumento estatutario de los dos presidentes.


¿Todo sigue igual?


El PTS es incapaz de distinguir lo esencial: la derrota del gobierno en Medicina, Sociales y Agronomía constituye un progreso de la situación política, que hoy nos permite desenvolver la lucha política con el nacionalismo burgués a una escala más amplia. A esto apunta el planteo de la UJS de conformar una lista que, recogiendo el mandato de las elecciones, pueda derrotar al gobierno y volver a poner en pie a la Federación tras el golpe de junio. Naturalmente, una conducción de estas características tendría un carácter altamente contradictorio. Pero pretender anular las contradicciones del proceso político sin desenvolverlas es una ilusión. El funcionamiento sistemático de los organismos de la FUBA con votaciones y actas públicas nos dará una importante plataforma para poner al desnudo las divergencias cotidianas y estratégicas entre la izquierda y el kirchnerismo. A partir de esta confrontación a nivel de la conducción del movimiento estudiantil, estaremos en mejores condiciones de superar lo que hoy es una realidad que no tiene sentido disimular: que las corrientes nacionalistas superan a la izquierda en centros y delegados. La convocatoria a un Congreso Extraordinario a comienzos del año que viene, que la UJS pone como condición para la lista, apunta a que sea la intervención activa de los estudiantes la que resuelva las divergencias de fondo que existen. Mal que le pese al PTS, fue el método por el cual, en 2008, defendimos la independencia de la FUBA frente a la Sociedad Rural y el gobierno K.


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