Universidad

19/2/2004|838

Estalló una rebelión en Derecho

Con varios miles de interesados en seguir la carrera de Derecho, que se suman cada año (3.200 inscriptos para éste sólo en la estatal), la voracidad capitalista rápidamente vio un nicho explotable y abrió, sólo en Resistencia, dos "facultades" privadas: la Universidad de la Cuenca del Plata y una sede de la Universidad Católica de Salta.


Pero como al mercado hay que "ayudarlo", la camarilla radical-peronista que gobierna la Facultad de Derecho de la Unne, desde hace veinte años, y es socia gerente de los emprendimientos privados, agregó a todas las medidas limitacionistas que impuso progresivamente, un Cursillo de Ingreso de carácter eliminatorio, que hizo votar al Consejo Directivo en la clandestinidad el 15 de diciembre de 2003. Para ello contó con el voto a favor del consejero directivo de la JUP, que así "debutó" en la conducción del Centro, luego de habérselo arrebatado a la Franja en las últimas elecciones a CED.


Un día movidito


Votada en asambleas de ingresantes convocadas a instancias de los compañeros de la UJS-PO (y a pesar de que tempranamente había ingresado la Policía Federal a la facultad), el viernes 13 centenares de compañeros comenzaron puntualmente a las 8, una sentada frente al Decanato con el objeto de forzar que se nos recibiera e imponer la derogación del cursillo.


Mientras se desarrollaba la medida, policías de civil tiraron granadas lacrimógenas en el primer piso, con el objeto de impedir que se juntaran los miles que salían de los cursos con los miles que entraban.


La gaseada provocó una corrida, con compañeros asfixiados, entre ellos embarazadas y asmáticos.


A continuación, los estudiantes nos reagrupamos en la explanada de ingreso y resolvimos cortar la avenida, siendo sistemáticamente boicoteados por la conducción del Centro (JUP) y la Franja.


A posteriori, se volvió a ingresar en la planta baja, donde se desarrolló una Asamblea para discutir los pasos a seguir.


Identificado un policía de civil por nuestros compañeros, lo echamos de las instalaciones de la facultad y comenzamos a votar nuestras reivindicaciones: que el Decanato convocara inmediatamente a una sesión de emergencia del Consejo Directivo para derogar el cursillo y habilitar el ingreso de todos los aspirantes.


Ante el crecimiento de las denuncias sobre la represión y sobre los curros de la camarilla profesoral, el decano tuvo que dialogar con nuestros compañeros en presencia de toda la asamblea y comenzaron los reclamos: se denunció que más del 80% de los compañeros reprobaron el primer práctico y los demás pintan para peor, y se planteó, el interrogante sobre qué se hizo con los más de 90 mil pesos recaudados, que aparentemente no tienen registro contable, etc. El decano aceptó dar curso al pedido de sesión urgente del Consejo.


Los estudiantes tenemos amplias posibilidades de ganar.


Ahora hay que seguirla con la elección de un masivo Cuerpo de Delegados, votando representantes de todas las comisiones. Hay que sumar a todos los estudiantes a la pelea.


La consigna es una sola: Abajo el cursillo. Todos adentro.