Universidad

17/9/2018

“Estamos orgullosos de una campaña que discutió los grandes problemas nacionales”

Entrevista con Agustina Larsen, nueva presidenta del Centro de Estudiantes de Ciencias Médicas y militante de la UJS-Partido Obrero, tras la victoria sobre Nuevo Espacio-Franja Morada.

Foto: Juan Diez

Agustina Larsen tiene 26 años, estudia Medicina y desde el sábado 15 es la nueva presidenta del Centro de Estudiantes de Ciencias Médicas (Cecim) de la Universidad de Buenos Aires, uno de los más grandes de América Latina, recuperado por el movimiento estudiantil y la izquierda de manos de la burocracia de Nuevo Espacio-Franja Morada –la lista del gobierno nacional y las autoridades de la facultad.


En esta victoria de la Lista 8 encabezada por El Frente -la agrupación del Partido Obrero e independientes- se conjugaron grandes luchas del período, que este año tuvieron expresiones contundentes en la facultad: la lucha por el aborto legal, el rechazo al desguace de la salud y la rebelión educativa. Con ese empuje triunfaron en una elección difícil, marcada por un sinfín de maniobras fraudulentas por parte de Nuevo Espacio.


En 2015 me acerqué a los compañeros de El Frente en la universidad, y me incorporé a la lucha por la revolución socialista en el PO”, cuenta Agustina, quien describe orgullosa que la campaña fue “sumamente nacionalizada y politizada, atravesada por la discusión sobre el ajuste en educación, en ciencia y técnica, en salud”. Prensa Obrera conversó con ella sobre este recorrido y las tareas del nuevo Cecim.


¿Cómo se expresó la rebelión educativa de estos meses en la facultad?


La lucha docente fue muy importante, con paros, clases públicas y otras medidas no solo en las cátedras combativas, las que toda la vida se organizaron junto a la AGD [gremial docente], sino que derramaron al resto de la facultad: por ejemplo en Anatomía -una de las materias más importantes de Medicina- se hicieron después de 176 años los primeros paros de las tres cátedras que hay, impulsados sobre todo por los docentes ad honorem –que históricamente fueron muy regimentados por las direcciones de las cátedras. El fenómeno de la facultad fue no solo el reclamo paritario, sino también un movimiento de docentes ad honorem (que muchos son también estudiantes) que tiene planteada su continuidad, no solo por salario sino también por la obra social, viáticos, ART. Y al calor de esto, se empezó a dar un apoyo activo de los estudiantes, cuando antes unos y otros estaban bastante disociados. Esta unidad docente estudiantil fue el motor de las primeras asambleas después de mucho tiempo; hubo una de 800 personas, que votó la toma-vigilia durante la semana de ocupaciones en todo el país.


En ese proceso hubo un rechazo a la conducción de Nuevo Espacio…


Todo esto fue de manera autoconvocada, y con El Frente y el resto de las agrupaciones de izquierda poniéndose al frente. Fue justamente esa asamblea la que se pronunció en repudio a la actual conducción. Y en esas mismas asambleas en apoyo a los docentes se discutió que el problema estaba no sólo en el gobierno sino también en el centro, que era el factor principal de contención de los estudiantes, de los docentes, y que se paraba en la vereda del ajuste y no de defensa de la universidad pública. Y se concluyó que era necesaria la conformación de una lista de unidad de las organizaciones no ligadas a las autoridades ni al gobierno, para recuperar el centro de estudiantes.


El Frente festejando los resultados de la elección


¿Y la pelea por el aborto legal?


Una de las cuestiones que nosotros explicamos durante la campaña es que esta rebelión educativa fue también producto y continuidad de la “ola verde” que sacudió a la facultad: se hicieron pañuelazos, se dio una organización de mujeres que hizo inmensas movilizaciones el 8M, el 8J y el 8A, se hizo la consulta impulsada por la Fuba que mostró a un 85% de estudiantes, docentes y trabajadores no docentes de la facultad a favor de este derecho. En contraposición, el centro de estudiantes negaba el debate, decía que “tenían que respetarse las dos opiniones”, pero al mismo tiempo no dijo nada cuando uno de sus directivos, el Secretario Académico de la Facultad Carlos Reyes Tosso, fue al Congreso a comparar el aborto legal con la desaparición forzada de personas. Esto también fue un punto de inflexión, que polarizó, que paró de un lado a Nuevo Espacio junto a las autoridades, la Iglesia y el gobierno, y del otro a todo un sector del movimiento estudiantil que exigía el posicionamiento del centro por la legalización, pero también profundizar el debate sobre los contenidos académicos. Incluso antes de toda la discusión sobre el aborto, nosotros en febrero organizamos un acto contra la homofobia en clases de la materia Medicina Legal; ya el año empezó con estas discusiones y mostrando a un centro de estudiantes en contra de estos reclamos.


Pañuelazo de estudiantes y docentes en Medicina


¿Qué destacás de la campaña?


La campaña para nosotros fue un gran orgullo, porque se discutieron no detalles menores de los problemas del estudiantado, de las cursadas, sino sobre todo la lucha en defensa de la universidad. Fue una campaña sumamente nacionalizada y politizada, atravesada por la discusión sobre el ajuste en educación, en ciencia y técnica, en salud. Nos vimos en la necesidad de plantear un centro de estudiantes que acompañe, por ejemplo, a los despedidos del Hospital Posadas: venían compañeras y compañeros de la carrera de Enfermería, que cursan en la unidad académica del Posadas, que expresaban su repudio no sólo a los despidos sino también a un centro de estudiantes que le da la espalda a los despedidos y es cómplice de ese ajuste. El ataque a los hospitales universitarios y los hospitales escuela es algo que vamos a tener que enfrentar fuertemente, como ocurre con el Clínicas; no sólo afecta al sistema de salud, sino que son unidades docente-hospitalarias donde los despedidos también forman parte del plantel docente de la universidad. Hay un ajuste integral en salud y educación.


Estudiantes de la facultad en la lucha del Hospital Posadas


Ustedes denunciaron muchas maniobras de Nuevo Espacio en la elección…


A sabiendas de Nuevo Espacio de que podía perder el centro, la campaña arrancó con la proscripción en una de las carreras, Hemoterapia: no dejaron presentar no solo a El Frente –que el año pasado estuvo a 16 votos de ganar esa carrera- sino a ninguna de las listas opositoras, lo que generó un enorme repudio en esa carrera, incluso entre muchos de sus propios votantes. Luego arrancamos la semana de la elección con el padrón inflado: de 37 mil estudiantes inscriptos en todas las carreras en 2017, incluido el CBC [Ciclo Básico Común], nos desayunamos con que había 70 mil personas para votar este año: 20 mil más en el padrón del CBC, 2 mil más en la carrera de Enfermería, y así. Después estuvieron las maniobras durante el desarrollo de los comicios: trajeron micros a razón de cuatro o cinco por día para votar en la carrera de Enfermería, de gente que cursa en otras sedes. En muchos casos no estaban en el padrón, pero la Secretaría de Licenciaturas y Tecnicaturas, que manejan las autoridades, les extendía un certificado de alumno regular para que puedan votar.


 


O sea que las autoridades participaron activamente del fraude


Obvio, en todo momento. Lo más claro fue el último día de la elección: faltando cinco minutos para el cierre mandaron a las patotas a levantar la elección y a cerrar las urnas, cuando había 80 estudiantes haciendo fila para votar, sobre sobre de la carrera de Medicina, donde es más fuerte la conclusión sobre el agotamiento de Nuevo Espacio y nosotros sacamos el 60%. Eso cuando el miércoles habían extendido el horario por un micro de los que traían, que llegó tarde. Y finalmente en el escrutinio: no querían abrir las urnas del viernes, y para esto vinieron los mismísimos Carlos Rojo [miembro de las camarillas que dirigen la facultad, ligado a Nuevo Espacio] y Emiliano Yacobitti [dirigente de Franja Morada y vicedecano de la facultad de Económicas]. La elección claramente es un triunfo de la tendencia más profunda que está desarrollando el movimiento estudiantil, pero además una victoria por haberle ganado al fraude.


Asamblea frente a la facultad, en el marco de la rebelión educativa


Y ahora desde la conducción, ¿qué luchas tienen planteadas?


Este viernes pretendemos que se haga una jornada en la facultad con trabajadores del Posadas y docentes de acá. Y queremos encarar un relevamiento de las problemáticas más grandes de las carreras, principalmente de las carreras más golpeadas, las licenciaturas y las tecnicaturas, que no tienen edificio propio, que no tienen aulas, que no tienen cursadas. Está el punto mujer: que el centro rápidamente se pronuncie por el aborto legal -es uno de los pocos centros que no lo hizo-; nuestra tarea es abrir el debate al respecto y convocar a comisiones directivas y los espacios democráticos del centro para que haya un pronunciamiento al respecto, y también un debate sobre los contenidos académicos. Y luego está la lucha de los investigadores, que genera un gran impacto en la facultad: nuestros docentes son investigadores, nosotros aprendemos de ese trabajo, y están sufriendo también un ataque en regla; hasta ahora hubo un Cecim que les dio la espalda. A su vez no descartamos un operativo de las autoridades, que tendremos que enfrentar, de vaciar las materias de verano y cursadas vespertinas, que le habían dado a Nuevo Espacio en 2009 para que haga con ellas un manejo punteril y que ahora amenazan con sacar. El tema principal es la continuidad de la lucha docente: los ad-honorem ya tienen planteado hacer un relevamiento de cuál es el número oficial (que la facultad se niega a brindar), desde el Cecim vamos a acompañar y promover esta lucha, y vamos a organizarlos en una de las comisiones del centro de estudiantes.


 


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