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El viernes 28 se realizó la ceremonia de asunción de Cerisola, el rector reelecto de la UNT. En su discurso, Cerisola hizo numerosas menciones a la Reforma del 18, al Manifiesto Liminar, a los luchadores reformistas e incluso se comparó con Julio Prebisch, rector reformista de la UNT elegido por los estudiantes en contra la opinión de las camarillas conservadoras de entonces.

Una verdadera impostura: Cerisola expresa la antirreforma, la privatización universitaria, el voto medieval, la intromisión del clero en la UNT (él mismo es diácono), los negociados y las prebendas, el poder de las camarillas, la entrega del canal de televisión de la universidad al gobierno de Alperovich. Es un ferviente defensor de la explotación de los yacimientos perteneciente a la universidad por parte de los grandes pulpos mineros internacionales, minimizando una y otra vez cualquier denuncia de saqueo, contaminación y ahora también de evasión y contrabando.

Cerisola, aparte, es un mediocre que acostumbra leer discursos que otros le escriben. Ya una vez confundió “la noche de los bastones largos (1966)” con “la noche de los lápices (1976)”. Cuando terminó su discurso, los que estaban en el Teatro Alberdi (funcionarios universitarios, legisladores, punteros varios, militares, etc.), casi ni lo aplaudieron.

Afuera del teatro, una manifestación docente-estudiantil, cortando la calle, demostraba que a pesar del esfuerzo de las camarillas por cerrar la crisis y disipar los cuestionamientos al nuevo gobierno universitario han fracasado. Se trata entonces de profundizar y extender la organización y la movilización docente-estudiantil.