El día sábado 7 se realizó el congreso de la Federación Universitaria de Córdoba, dejando como resultado el retorno a la conducción de la derecha universitaria –que fuera desplazada el año pasado luego de 28 años de presidir la FUC.

 

Así, la “Deodoro Roca” (compuesta por Franja Morada, el MNR, el PRO y agrupaciones ligadas al PJ provincial) ganó la conducción con 163 delegados, desplazando al Frente Agustín Tosco (La Bisagra, Mella y Sur), que sumó 141. La tercera lista en disputa, el Frente Estudiantil de Izquierdas – La Trinchera (integrado por la UJS-Partido Obrero, la juventud del PTS, Cauce, Izquierda Socialista, Nuevo Mas y Urdimbre) juntó 6 delegados.

 

A la medida de los privatistas

 

El resultado expresa un reforzamiento para el rector Hugo Juri y el macrismo, cargados con planes de reformas privatistas para la educación superior.

 

Las camarillas radicales, peronistas y kirchneristas se encuentran trabajando en la implementación definitiva de un sistema de créditos que busca liquidar las carreras de grado y adecuar la educación a las necesidades capitalistas actuales, mediante la creación de “nuevos trayectos formativos” para la conformación de carreras cortas o específicas para determinado trabajo en la rama de producción.

 

Es necesario recordar que la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) ha sido la plataforma elegida por el gobierno nacional para el desarrollo de estas políticas, a nivel nacional e incluso continental: para 2018, las camarillas de la UNC preparan la Conferencia Regional de Educación Superior, para lanzar las reformas de Juri como modelo para las universidades de toda América Latina.

 

Es la cara educativa de la reforma laboral y previsional que el gobierno prepara con complicidad del PJ, Massa, el FpV y la burocracia sindical: fortalecer la ganancia capitalista a costa de un avance en la sobre-explotación de los trabajadores y la juventud. 

 

Fracaso

 

La efímera conducción del Frente Agustín Tosco manifiesta el fracaso en toda la línea del "frente anti-macrista" (a la rastra del kirchnerismo), que ha sido la línea rectora de estos sectores para todo el movimiento estudiantil.

 

El anuncio de que habían “recuperado la FUC para los estudiantes” tardó poco en ser desmentido. El proceso de lucha contra la reaccionaria Asamblea Universitaria encontró a una federación paralizada, con la conducción dividida (la Bisagra y La Mella por un lado, Sur por el otro), como producto del alineamiento de las distintas fuerzas de la misma a camarillas diversas.

 

Sistemáticamente se negaron a convocar asambleas y hacer partícipes a los estudiantes de la política y vida de la federación. Prevaleciendo los acuerdos por arriba junto a las camarillas y la burocracia sindical, más que una FUC para los estudiantes ha sido un sello para posicionar a sus agrupaciones en la política provincial.

 

Así, en un año de movilizaciones masivas contra el ajuste, la impunidad y la política del gobierno nacional, la FUC jugó un rol de contención sobre el movimiento estudiantil de la universidad, impidiendo que este participase de forma organizada en las peleas de la docencia por su paritaria y de los investigadores del Conicet; en las enormes movilizaciones contra el 2×1 a los genocidas y por Santiago Maldonado; y en huelgas obreras de fuste como la de UTA Córdoba.

 

El cuadro de la universidad también muestra el oportunismo y la adaptación sin límites de parte de la centroizquierda al macrismo. El MNR, que comparte lista con Sur en el Consejo Superior, acordó integrar el ganador frente derechista a cambio de prebendas (cargos en el Rectorado).

 

El desafío del movimiento estudiantil

 

En tiempo récord se ha mostrado la inviabilidad de enfrentar el ajuste de Macri y el rectorado de la mano de sectores de las camarillas universitarias, y en connivencia con las fuerzas políticas que encabezaron el vaciamiento educativo durante más de una década.

 

Este derrotero arroja conclusiones vitales para el movimiento estudiantil. Enfrentar el plan de guerra lanzado contra la juventud y la educación requiere de un posicionamiento independiente de todos los ajustadores, en unidad con los trabajadores. Esa es la perspectiva representada por el Frente Estudiantil de Izquierdas – La Trinchera, que impulsamos desde la UJS.

 

En la UNC necesitamos cambiar la historia: necesitamos una federación y centros de estudiantes independientes, que organicen la lucha y den pelea en las calles. Porque a la política del macrismo hay que hacerle frente con los trabajadores y la izquierda.