Finalmente el golpe de Techint para quedarse con la Facultad de Ingeniería fue derrotado. La camarilla golpista no pudo reunir los votos necesarios que marca el estatuto para destituir al decano. Mientras los golpistas eran derrotados, centenares de estudiantes se movilizaron a la sesión para impedir la destitución y exigir “que se vayan todos”.

El conflicto se había iniciado cuando el decano de la facultad se había negado a que Ingeniería acredite sus títulos en la Coneau. La Coneau, en el caso de Ingeniería, exigía reducir la cantidad de años y la cantidad de materias del ciclo de grado, para pasarlas a los posgrados – que son arancelados.

Además del tema de la Coneau, la crisis se desató porque el decano pidió r endiciones a la Fundación Facultad de Ingeniería. Esta fundación, que cuenta entre sus miembros a integrantes del Consejo Directivo, se convirtió en una caja negra: se quedaba con el 90% de lo recaudado – aproximadamente 4 millones de pesos – y sólo el 10% restante iba a la facultad. El intento de golpe, por último, buscaba copar el poder de la facultad para digitar las próximas elecciones de consejeros directivos.

El fracaso de esta maniobra se debió a la irrupción del movimiento estudiantil, docente y no-docente, que se movilizó durante semanas en forma permanente. En la facultad funcionó una suerte de asamblea permanente; se ocupó el edificio y varias veces la sala de sesiones del Consejo Directivo.

A la luz de esta lucha surgió un gran debate en el movimiento estudiantil sobre cómo debe ser el régimen de gobierno de la facultad y de la UBA. Los golpistas siguen teniendo la mayoría del gobierno. La UJS plantea que renuncie el Consejo Directivo y que los estudiantes, docentes y no-docentes resuelvan un nuevo régimen de gobierno para la facultad.