En un hecho inédito y de suma gravedad institucional, la gestión de la Universidad Nacional de Gral. Sarmiento (UNGS) en el día de ayer abandonó la universidad sin recibir las listas de La Izquierda al Frente de claustro estudiantil para consejerxs de institutos y Consejo Superior. El colmo fue que dos miembros de la junta electoral que estaban en la universidad se negaron a recibir las listas, pese a que se habían comprometido a hacerlo.

Presentarse a elecciones a claustro en la UNGS es una verdadera odisea para les estudiantes. De todos los requisitos que buscan restringir la participación, el peor de todos y que menos objetividad tiene es el que obliga a que las listas se presenten antes de las 18hs y que cada miembro firme su candidatura delante de un representante de la junta electoral (dirigida por el Rectorado sin expresión de minorías). Este punto es ridículo dado que la UNGS tiene un enorme universo estudiantil que trabaja y por ende llegar a la universidad antes de las 18hs se torna inverosímil. Todo docente o estudiante de la UNGS sabe que entre las 18:30 y 19hs ingresa a la facultad una importante masa de estudiantes trabajadores.

Sabiendo a la perfección toda esta situación, la gestión de la universidad rechazó tomar las listas estudiantiles de la izquierda bajo el argumento, suponemos, de no haberlas entregado a tiempo. Se trata de una impostura, las listas estaban listas para entregarse a poco tiempo de pasadas las 18hs y previamente habíamos pedido un compás de prórroga que permitiera a les estudiantes llegar a firmar. Prórroga que en teoría nos habían concedido.

Si el Rectorado de la UNGS no reflexiona y revisa este comportamiento anti democrático estarían entrando en la historia de la universidad como la primera conducción que proscribió una lista opositora.

La UNGS, con todos los límites y diferencias políticas de fondo, irreconciliables, que tiene con nuestro modo de pensar la universidad pública, siempre se destacó positivamente por tener una tradición democrática desde el punto de vista institucional. Permitir que avance la proscripción significa que la universidad ingresa en una etapa de regimentación decidida de la vida estudiantil. Empalma también con la regimentación por arriba: en estas elecciones habrá lista única para rector, vice rector y decanos. Todos cierran encolumnados detrás del oficialismo que dirige Gabriela Diker (ex ministra del renunciado Nicolás Trotta) y que lleva como rectora a Flavia Terigi.

La regimentación de les estudiantes empezó hace unos años con el copamiento de la agrupación El Puente (PJ municipal) y su conquista del Ceungs (Centro de Estudiantes) de la mano de un acuerdo con el Rectorado. ¿La gestión llegará al extremo de omitir a la izquierda en estas elecciones?

Impulsamos una enorme campaña para que la proscripción no avance. Que en las elecciones de consejerxs se escuche la voz de la izquierda, la única que denuncia un régimen antidemocrático que se sostiene con los privilegios de una minoría mientras las mayorías estudiantiles son golpeadas y expulsadas por el ajuste del gobierno y el FMI. Acuerdo que el Rectorado actual defiende.

¿Será por esta denuncia que nos quieren callar? No lo permitamos. Abajo la proscripción contra la izquierda y estudiantes independientes.