Universidad

29/6/1994|422

La CONADU elige un camino equivocado

El Congreso de la CONADU resolvió el sábado 18 de junio mandatar a la Mesa Ejecutiva para que elabore, con la dirección de la FUA, una Ley Universitaria alternativa a la del gobierno, tomando como base un proyecto de los diputados Wálter Ceballos (UCR) y Alfredo Bravo (Unidad Socialista).


El secretario general, Koffman, fundamentó la necesidad de “hacer frente por la positiva” a la ley del gobierno, para conseguir apoyo en los Consejos Superiores de las Universidades, en las Legislaturas, etc., y en la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados. Para Koffman, limitarse al rechazo del proyecto del PEN es dar una pelea entre sí o no.


Delegadas de la Universidad del Comahue y de la Universidad de Buenos Aires denunciaron la estrategia del Secretario General precisamente porque evita pelear por sí o por no, lo que significa que se pretende abrir una negociación y dar por perdida la causa del retiro de la ley. Lo mismo que ya han hecho los rectores nucleados en el CIN, y lo mismo plantea la FUA, cuando amenaza con tomar las facultades … no para exigir el retiro de la ley del Congreso, sino en caso de que la ley se apruebe, para darle un entierro docoroso a la causa. Las delegadas opositoras llamaron al Congreso a profundizar las movilizaciones, con la consigna del retiro del proyecto del Congreso.


La apresurada elaboración de un proyecto alternativo divide a la docencia y a los estudiantes, donde no hay ni puede haber unanimidad en torno a un proyecto alternativo surgido de media docena de dirigentes. La movilización a favor de un proyecto de la comunidad universitaria podrá organizarse solamente tras la derrota de los objetivos del gobierno. El mismo Koffman admitió en sus informes que para establecer un proyecto en común con la dirección de la FUA existen obstáculos previos, relativos a la carrera docente con estabilidad, a la que la FUA opone el concurso periódico del cargo. Pero lejos de ver en esto el riesgo de una división, Koffman considera que si el punto se superase a favor de la posición de CONADU, sería un avance en sí mismo, cualquiera fuera el destino final del proyecto alternativo.


Aunque parezca sorprendente, esta resolución, que degrada a una discusión trasnochada, un debate que debería involucrar a miles de estudiantes y docentes, fue adoptada en nombre de la unidad con el movimiento estudiantil —con el voto en contra de las delegadas de la LISTA NARANJA.


El Congreso, que pasó a un cuarto intermedio hasta el 7 de julio, deberá reconsiderar su estrategia y discutir un plan de lucha por el retiro de las leyes.