Universidad

23/6/2021

La Matanza

La situación del Centro Universitario de González Catán

Hace unos días se inauguró oficialmente el Centro Universitario de González Catán con la presencia del intendente Fernando Espinoza, la vicegobernadora Verónica Magario y el secretario de Políticas Universitarias (Ministerio de Educación) Jaime Perczyk. Este “Centro Universitario de la Innovación” consiste en una asociación entre el municipio de La Matanza y diferentes universidades para dictar tecnicaturas relacionadas con “las nuevas tecnologías”, como biotecnología, tecnología de los alimentos o robótica.

Fue el final de un largo culebrón de más de 6 años en el que municipio, universidades y los bloques políticos del peronismo y macrismo se pasaron la pelota acerca del destino de este edificio emprendido por la Municipalidad de La Matanza, que costó más de $200 millones de pesos.

¿En qué consiste el Centro Universitario de la Innovación?

En el nuevo Centro Universitario de Catán se ofrecerán 5 Tecnicaturas Universitarias, 3 Diplomaturas (cursos sin título) y la carrera de Enfermero Universitario de la UBA. Son carreras cortas, de entre 2 a 3 años y alrededor de 20 materias, cuyo contenido es más bien general, “flexible” (o sea común entre las diferentes materias de un mismo Departamento o Facultad), con tres o cuatro materias verdaderamente específicas. Todas cuentan con acceso restrictivo.

La oferta educativa es a la medida de la Coneau, el organismo que aplica la Ley de Educación Superior menemista y que se dedica a reformar las carreras universitarias según las necesidades del capital. Todas las universidades están formateadas por sus lineamientos, tanto las dirigidas por los “progres” kirchneristas, los radicales “morados” o los peronistas “clásicos”.

El Centro Universitario terminó siendo un consorcio entre el municipio y las universidades de Buenos Aires, La Plata, Tecnológica Nacional, Quilmes, José C. Paz y Hurlingham, para acercar “muestras gratis” de carreras con contenidos devaluados que generarán una desvalorización de la fuerza de trabajo. Lo más probable es que quienes se reciban se vean obligados a completar su formación a través de posgrados arancelados para poder conseguir un trabajo mejor remunerado.

La novela por el reparto

La Municipalidad de La Matanza concibió el edificio de Catán con la idea de asociarse con la UNLaM para gozar mutuamente de los beneficios, y, de pasada, ganar influencia en la política interna de la universidad. Consciente de que la movida era una amenaza para sus privilegios de camarilla, la dirigencia de la UNLaM no aceptó la oferta tal como estaba planteada y reclamó el traspaso de la propiedad y el dominio del edificio, algo inaceptable para el municipio, que no iba a “regalar” su patrimonio y abandonar la posibilidad de hacer negocios. Este es el corazón del conflicto que se extendió por más de 6 años.

En ese lapso, la relación entre el municipio y la universidad atravesó varias etapas políticas. El acto fundacional fue en el 2014 bajo la última presidencia de CFK con la presencia del exgobernador Scioli y el propio rector Martínez. La obra fue completada en 2016, durante la presidencia de Macri. En 2017, Espinoza, Magario y CFK acusaban al Ministerio de Educación macrista de no habilitar los fondos para su funcionamiento, mientras que desde la cartera educativa respondían que no había ningún plan de trabajo presentado oficialmente para el edificio de Catán. Ese ministerio estaba dirigido por Alejandro Finocchiaro, quien competía con Espinoza por la intendencia de La Matanza.

En esa época, Daniel Martínez estaba alineado con el gobierno de Macri y acusaba en los medios a Espinoza de “colgarse de la UNLaM” por márketing político. Con el cambio de gobierno y el auspicio del ministro Trotta se reiniciaron las negociaciones entre el municipio y la UNLaM. Hasta diciembre del 2020 se aseguraba que el edificio de Catán sería sede de la Universidad de La Matanza. En septiembre, la propia universidad lo informó a toda la comunidad con un comunicado en su web oficial. Evidentemente no hubo acuerdo entre las partes y el municipio terminó asociado a otras universidades.

Un hecho que influye en el armado de las listas electorales del Frente de Todos y el peronismo en vistas a las próximas elecciones: hace unas semanas un pope de la UNLaM, Adrián Verdini, anunció que construirá el espacio de Randazzo en las próximas elecciones, con críticas a Espinoza y Kicillof.

A organizarse en defensa de la educación pública y de calidad

La necesidad de una verdadera Universidad en González Catán es indiscutible. Esta debería tener una oferta amplia de carreras de grado, con contenidos que prioricen la calidad educativa, a diferencia de lo que está planteado que es la creación de carreras cortas que promueven la descalificación de la mano de obra, y, por lo tanto, la precarización laboral.

Como se puede apreciar, la historia del Centro Universitario de Catán es la de una penosa rapiña entre camarillas de todo tipo y color alrededor del negocio de la educación superior. A estas camarillas las diferencia el reparto pero las unifica una política capitalista de negocios con la educación. Son corresponsables del deterioro educativo que atraviesa todos los niveles, empezando por una educación primaria y secundaria que en el conurbano toma dimensiones catastróficas, llena de carencias edilicias y de recursos.

Llegado este punto, no debemos distraernos con las diferencias circunstanciales que haya de un lado y otro de la falsa grieta que el peronismo y el macrismo pretenden instalar. Este análisis debe servirnos para comprender hasta qué punto el capital degrada nuestra educación para mejor hacer negocios con ella, dilucidar cómo los bloques políticos que responden a esa orientación actúan y enfrentarlos organizándonos con independencia política, defendiendo un programa integral de salida que parta de priorizar las necesidades de la juventud y la población trabajadora, también en materia educativa.