Universidad

18/8/2020

La UBA discrimina y deja fuera de las cursadas a cientos de migrantes

La política expulsiva de las gestiones de las universidades se profundiza en el medio de la pandemia.

Sin dudas, la parálisis de las clases presenciales por la pandemia por Covid-19 ha repercutido en lxs estudiantes de todos los niveles. No solo por el hecho de no poder asistir a las clases, sino también por el pase a la virtualidad y el manejo que las gestiones de las universidades han tenido sobre el punto. Deserción masiva, mayor precarización laboral para lxs docentes y falta de acceso a los materiales necesarios para asistir y dictar las clases virtuales, son moneda corriente en la vida de un estudiante universitarix del 2020. Sin embargo, hoy en día vemos un ataque particular sobre lxs migrantes que desean ingresar a la UBA, a quienes no se les permite la inscripción al segundo cuatrimestre.

En este caso, se debe a medidas nuevas que han implementado en el último tiempo. Por un lado, en la inscripción al Ciclo Básico Común de las carreras de grado se exige la aprobación de un examen de español para extranjerxs arancelado, el cual ronda entre los 3.500 y 10.000 pesos. No solo es gravísimo que el examen sea pago, sino que no podemos decir que la universidad garantizará los recursos necesarios para aquellxs que lo requieran, asegurando que al mismo tiempo puedan cursar las materias para ingresar lo antes posible a su carrera. Esto no es así. La UBA impuso la medida sin ningún tipo de consulta con la comunidad educativa ni plan para aplicarlo de manera tal que no signifique una traba para lxs estudiantes migrantes, prácticamente obligándolos a pagar un curso en un instituto privado que los prepare para rendir tal examen y, muchas veces, retrasando el avance en su carrera. Un completo absurdo, ya que asisten a una universidad pública y gratuita (con las autoridades supuestamente orgullosas de esto), pero pagan por su formación.

No termina ahí. Para anotarte a la UBA, como en todas las universidades, se debe tramitar y entregar el título secundario legalizado; trámite que no se está realizando por la pandemia. Cualquier persona esperaría que la Universidad de Buenos Aires resolviera rápidamente el problema, sobre todo considerando el enorme caudal de estudiantes que finalizaron sus estudios secundarios en el extranjero, a los que se les impediría inscribirse. No obstante, la universidad no ha dado una solución sobre el punto, a menos que lavarse las manos pueda considerarse una respuesta.

Esto se suma a la muy aguda y compleja situación que viven lxs migrantes en Argentina, quienes en su gran mayoría ocupan los lugares de trabajo más precarizados y peores pagos, en su intento por mantener su residencia en un país atravesando por una profunda crisis económica y social y con políticas públicas sumamente discriminatorias y xenófobas, que no dan respuesta al universo de problemáticas que viven día a día.

Es fácil llegar a la conclusión de que la UBA se vale de estas medidas para profundizar su política de expulsión de migrantes, algo que quienes asistimos a la universidad vimos muchas veces. Es por esto que lxs migrantes organizados realizaron múltiples instancias para reclamar por esta situación e incluso presentaron una denuncia ante el Inadi. Tienen un antecedente de victoria muy cercano: hace unas semanas, cuando la universidad no permitía la inscripción para aquellxs sin DNI, organizaron un envío masivo de mails a la casilla de alumnos del CBC y consiguieron que se abriera un nuevo periodo de inscripción para quienes no cumplían con el requisito. Hoy, la solución que proponen desde Es Mi UBA (la organización de estudiantes migrantes) para este problema es muy sencilla: que se abra una nueva inscripción para lxs estudiantes afectadxs con la posibilidad de realizar una declaración jurada que permita inscribirse condicionalmente y, una vez que se renueven los trámites, presenten la documentación que se les pide. Desde la UJS y el Partido Obrero apoyamos la organización independiente de lxs migrantes y su propuesta de inscripción frente a la falta de respuesta de la Universidad de Buenos Aires.